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El héroe discreto, de Mario Vargas Llosa

El héroe discreto de Mario Vargas Llosa

El héroe discreto, de Mario Vargas LlosaEl héroe discreto es la primera novela de Mario Vargas Llosa tras la obtención del Premio Nobel de Literatura en 2010. En ella nos muestra que sigue en plena forma creativa y que todavía tiene mucho que ofrecer a todos los que nos declaramos fieles seguidores de su universo literario.

El héroe discreto cuenta la vida paralela de dos empresarios, de distinta extracción social y diferente trayectoria profesional: Felícito Yanaqué, pequeño empresario de Piura, un hombre hecho a sí mismo; e Ismael Carrera, propietario de una gran compañía de seguros de Lima heredada de su padre. Eso sí, ambos personajes se encuentran unidos por los finos lazos de las discrepancias familiares, la traición o la reflexión vital ante el inexorable paso de los años.

Pero la novela no se queda en el mero hecho anecdótico de describir sus idas y venidas y su capacidad para enfrentarse a los reveses que proporciona la vida. Mario Vargas Llosa (1936) recrea de forma más que notable algunos de los cambios urbanísticos que se han producido en Perú a lo largo de estas últimas décadas y da a entender que buena parte de ellos se han basado antes en la especulación que en las necesidades reales de la sociedad del momento (en todas partes cuecen habas, como puede advertirse).

Llaman la atención los reiterados aguijonazos de Mario Vargas Llosa sobre la labor de los periodistas, así como el papel que juegan los medios de comunicación como instrumentos que contribuyen a idiotizar una opinión pública cada vez más adocenada. Es posible que detrás de tal circunstancia se encuentre el constante y creciente hostigamiento sufrido por el escritor a lo largo de estos últimos años en forma de molestos paparazzi y otros infratipos de la profesión informativa desprovistos de cualquier clase de atributo deontológico.

Con El héroe discreto el autor muestra una vez más su formidable destreza a la hora de construir una novela sólida, sustentada en una técnica exquisita que transmite al lector una siempre engañosa percepción de facilidad, en la que todas y cada una de sus piezas parecen encajar a la perfección y cuya lectura produce una especie de frenesí que nos mueve a continuar pasando sus páginas hasta el final.

Sólo un escritor con ese domino narrativo es capaz de introducir en el texto, sin que rechine en absoluto, a otros personajes propios de su cosmos. Entre ellos se encuentra el inefable sargento Lituma, posiblemente el más recurrente de Mario Vargas Llosa, de quien ya tuvimos noticias a finales de los años cincuenta con su breve aparición en el cuento Los visitantes dentro del libro Los jefes, y que volvió a asomarse (en ocasiones de manera indirecta y fugaz) en novelas como La casa verde, La tía Julia y el escribidor, Historia de Mayta, ¿Quién mató a Palomino Molero?, Lituma en los Andes o en la obra de teatro La Chunga. Los interesados en su figura tienen a su disposición el magnífico análisis de Xiomara Navarro La recurrencia de Lituma en la obra de Mario Vargas Llosa. Y junto a Lituma de nuevo vuelven el matrimonio de Rigoberto y Lucrecia así como Fonchito (hijo e hijastro de los anteriores respectivamente) y Justiniana (criada de la familia), presentes en títulos como Elogio de la madrastra y Los cuadernos de don Rigoberto.

La incorporación de todos ellos deja en el lector más habitual de Vargas Llosa una percepción similar a esa agridulce sensación que nos produce volver a encontrarnos con un viejo amigo tras unos cuantos años de no saber de él, siempre con la duda de si será la última vez que nos veamos.

A estas alturas es poco lo que se puede decir de novedoso acerca de Mario Vargas Llosa. Ha obtenido los mayores galardones literarios que existen en el panorama literario mundial, su obra es seguida por una nutridísima legión de seguidores al tiempo que goza del aprecio unánime de la crítica, hay coincidencia a la hora de considerarle uno de los mayores narradores de los últimos cincuenta años… Es posible que El hombre discreto no se encuentre entre sus mayores creaciones pero estoy convencido de que su lectura hará pasar un rato agradable incluso al más exigente de los lectores.

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Mario Vargas Llosa. El hombre discreto. Alfaguara. Barcelona, 2013.

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