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Francamente, Frank, de Richard Ford

Francamente, Frank, de Richard Ford

Es posible que muchos ya no lo esperáramos pero ¡vuelve Frank Bascombe de la mano de Richard Ford vía su nuevo libro Francamente, Frank!

Poco más tenemos que añadir sobre la figura de Richard Ford (1944) que no comentáramos con ocasión de su penúltima obra, Canadá, cuya reseña publicamos en Cincuentopía hace casi dos años. Otro libro más, otro peldaño que sube en la escalera de la excelencia literaria, otra pequeña maravilla con la que nos alegra la vida a sus incondicionales seguidores.

Francamente, Frank (cuyo título original es en realidad Let Me Be Frank With You y cuya particular traducción forma parte de esos insondables misterios del mercado editorial que jamás lograré comprender) está compuesto por cuatro relatos, todos ellos con vida independiente aunque con distintos nexos entre sí y acaecidos en apenas unas semanas en el tiempo.

Como indicaba con anterioridad el libro constituye el regreso de Frank Bascombe, personaje protagonista de la formidable trilogía de Richard Ford compuesta por El periodista deportivo, El Día de la Independencia y Acción de Gracias. Retirado ya de la actividad profesional se limita a contemplar, con mayores o menores dosis de escepticismo y desorientación según los días, el paso de la vida en calidad de antiguo agente inmobiliario.

Richard Ford sitúa la acción a finales del año 2012, cuando las fiestas navideñas están a punto de comenzar. El punto de partida son las secuelas del tremendo huracán Sandy que durante el mes de octubre arrasó los litorales de países como Bahamas, Bermudas, Canadá Colombia, Cuba, Haití, Jamaica y República Dominicana y devastó la costa este de Estados Unidos.

Si los efectos del ciclón Sandy son demoledores otro tanto puede afirmarse del paso del tiempo. Cronos tiene una creciente presencia en la existencia de Bascombe y no es en absoluto casual la reaparición en los cuatro relatos de algunos viejos conocidos: su ex esposa Ann, sus hijos, su actual mujer Sally, la localidad de Haddam, incluso su antigua casa en Sea-Clift ahora derruida por la feroz tormenta tropical…

Richard Ford realiza un durísimo ajuste de cuentas vital a lo largo de las páginas de Francamente, Frank: contra la inanidad de los individuos y la banalidad de las situaciones, contra la mediocridad de la clase política y empresarial de Estados Unidos, contra los convencionalismos y los entecos juicios apriorísticos…; y sobre todo contra la vejez, entendida no como el idealizado proceso de acumulación de sabiduría sino como la indefectible constatación de que nuestra presencia por estos lares tiene fecha de caducidad.

Si al comienzo de su andadura como personaje literario Frank Bascombe era un individuo bien entrado en los treinta cuyo principal rasgo era el de la inmadurez ahora que está a punto de adentrarse en los setenta nos encontramos ante alguien cada vez más escéptico con el entorno que lo rodea, partidario de ponerse la venda antes incluso de que aparezca la herida (con la sólida convicción de que dicha herida siempre termina por presentarse), más temeroso de caerse por las escaleras de su domicilio o por cualquier acera de una calle que de la propia muerte.

Pero que nadie piense que Francamente, Frank es una obra triste. El habitual y siempre peculiar sentido del humor está presente en las páginas del libro, en ocasiones con una brusquedad que sorprende en Richard Ford. Frank Bascombe se ríe de los prejuicios raciales, de la especulación urbanística, de los fanatismos religiosos, de la hipocresía de los mandamases y de las relaciones sociales, entre otras muchas carcajadas.

Puede que Francamente, Frank no alcance las cimas de virtuosismo de algunos de los grandes libros de Richard Ford pero no resulta en absoluto una obra menor. Siempre es agradable encontrarse ante algunos de sus perennes rasgos estilísticos: concisión, elegancia, sutileza, sentido de la pausa, apuesta por la elusión…

Quienes jamás hayan leído nada de Richard Ford o no conozcan los anteriores libros en los que aparece Frank Bascombe van a poder acceder al contenido de Francamente, Frank sin ningún tipo de problema; y los admiradores del escritor tienen un nuevo motivo de satisfacción. Para unos y para otros siempre queda enfrentarse ante los textos de uno de los más grandes novelistas de la literatura universal de estos últimos treinta y cinco años.

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Richard Ford. Francamente, Frank. Anagrama.

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David Parra

Especialista en nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones aplicadas al ámbito del periodismo. Ha publicado alrededor de diez libros y más de treinta artículos en revistas científicas. Le gusta leer. [/author_info] [/author]

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