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Era de Illinois y se llamaba Ernesto, de Alfonso Martínez Berganza

Era de Illinois y se llamaba Ernesto

Más allá de cualquier otra consideración, la mera existencia de una obra como Era de Illinois y se llamaba Ernesto, escrita por Alfonso Martínez Berganza, cabe ser contemplada como una cierta suerte de fábula moral referida al mercado editorial.

¡Qué cantidad de desvelos es necesaria para que un libro vea la luz! En primer término se encuentra el esfuerzo de recopilación de documentación y la ulterior redacción de contenidos por parte del autor; pero luego está la existencia de una editorial dispuesta a publicar lo elaborado; y por si todo ello fuera poco restaría la red de distribución que permite que ese producto final esté en disposición de ser adquirido por el lector (que éste lo haga o no es ya decisión que escapa a este proceso).

Y todo esto para que, al final, apenas algunos autores y algunas obras tengan un cierto grado de conocimiento e impacto sobre la sociedad; porque en la mayoría de los casos tal circunstancia no se produce en absoluto. Y pese a todo los autores ahí siguen, erre que erre, escribe que te escribe, siempre sin perder la esperanza de una crítica favorable, de un comentario agradecido, de un ejemplar adquirido por un ignoto lector.

Alfonso Martínez Berganza escribió Era de Illinois y se llamaba Ernesto en 1961. Cuando concluyó estaba todavía muy reciente la polémica que había sido el desencadenante de la obra (a dicha polémica aludiremos a continuación) y optó por esperar un tiempo prudencial. A comienzos de los setenta, cuando parte de los protagonistas de la discusión ya habían fallecido y la posibilidad de publicación resultaba más factible, el autor se encontró con el rechazo/desinterés de las editoriales con las que contactó.

Alfonso Martínez Berganza falleció a finales de 1977 sin que su libro viera la luz. Y todavía tuvieron que transcurrir más de dos décadas hasta que en 1999 el menor de sus hijos, Santiago Martínez Arias, retomó el texto y asumió la decisión de editarlo por su cuenta. Ahora, casi otros veinte años después, la obra llega a mis manos por mediación del propio Santiago. Le doy la enhorabuena por el trabajo realizado y le muestro mi agradecimiento por haberme dado la oportunidad de conocer su contenido.

El punto de partida de Era de Illinois y se llamaba Ernesto es un reportaje periodístico escrito por Ernest Hemingway entre finales de 1959 y 1960. Titulado The Dangerous Summer, fue publicado en la revista Life a lo largo de tres entregas durante el mes de septiembre de 1960 (entre octubre y noviembre también apareció en castellano en la edición que Life tenía en español). El texto se centraba en la notable rivalidad desarrollada durante la temporada 1959 entre los diestros Luis Miguel Dominguín y Antonio Ordóñez (en aquel momento ambos eran además cuñados), quienes torearon juntos en distintas corridas a lo largo de ese año. Dicha rivalidad, que no volvió a repetirse, conllevó que ambos terminaran visitando el hospital tras sufrir sendas cogidas.

El reportaje provocó una notable conmoción en la opinión pública española, principalmente a causa de una de las frases que contenía en la que se ponía en duda la capacidad artística de Manolete, fallecido más de una década atrás y en su momento considerado una de las máximas figuras del toreo de la época. Se produjo una notable polémica, alimentada por parte de la prensa española, aunque en realidad casi nadie había leído el texto. Incluso un diario como Pueblo puso en marcha una encuesta para que los aficionados dieran rienda suelta a sus críticas hacia el escritor (por aquel entonces ya bastante enfermo e incapaz de terciar en la disputa planteada).

El libro de Alfonso Martínez Berganza es una reivindicación de la figura de Hemingway desde un triple sentido: como persona enamorada de España, como literato de máximo nivel y como entendido de la tauromaquia. Para ello sustenta su obra en dos tipos de fuentes: las propias del escritor estadounidense (esencialmente el reportaje de Life y sus novelas Fiesta y Por quién doblan las campanas); y los diferentes artículos periodísticos de la más variada índole aparecidos en los periódicos españoles con motivo de la porfía desatada.

Era de Illinois y se llamaba Ernesto aúna la devoción por Hemingway que siente el autor y que reconoce de manera abierta con una detallada investigación acerca de su figura, su obra, sus relaciones con España, su experiencia vital, sus nexos con el ámbito taurino.

El texto de Alfonso Martínez Berganza nos muestra asimismo un panorama de cómo se vivía la fiesta de los toros a comienzos de los años sesenta (astados de escaso peso y trapío, con los cuernos afeitados y con sospechas de haber sido drogados en más de una ocasión…) y, al mismo tiempo, traza una semblanza sobre el estado de la profesión periodística española en esos momentos, con una acusada tendencia a utilizar esta clase de asuntos para ocultar otros aspectos sin duda de mayor enjundia y calado social. También aporta luz sobre determinados tópicos acerca de España planteados desde más allá de las fronteras nacionales.

La obra cuenta con un prólogo del conocido periodista Manuel Molés, quien realiza una emocionada semblanza de Alfonso Martínez Berganza. Además incluye un interesante conjunto de dibujos realizados por Pablo Picasso.

Además de todos los valores apuntados Era de Illinois y se llamaba Ernesto es una buena excusa para la atenta lectura de los tres textos referidos de Hemingway. En el caso del reportaje conviene precisar que en 1985 se editó el libro titulado The Dangerous Summer, que amplía a más del doble los contenidos iniciales aparecidos en Life (este libro fue publicado en castellano en 1986 por Planeta bajo el título El verano peligroso pero, hasta donde conozco, se encuentra actualmente descatalogado). De las otras dos novelas, Fiesta y Por quién doblan las campanas, hay distintas ediciones en castellano (de diversas posibilidades y precios) que pueden encontrarse muy fácilmente.

No existe ahora mismo una edición en el mercado del libro de Alfonso Martínez Berganza. Los seguidores de Cincuentopía que se encuentren interesados en leerlo (siempre en formato electrónico) pueden escribir un correo al editor de la obra a la siguiente dirección: santiagomarias@ccinf.ucm.es.

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Alfonso Martínez Berganza. Era de Illinois y se llamaba Ernesto. SMA Editor.

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[author] [author_image timthumb=’on’]https://cincuentopia.com/wp-content/uploads/2014/02/david-parra.jpeg[/author_image] [author_info]

David Parra

Especialista en nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones aplicadas al ámbito del periodismo. Ha publicado alrededor de diez libros y más de treinta artículos en revistas científicas. Le gusta leer. [/author_info] [/author]

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No hay comentarios

  • Fernando Etayo Gordejuela
    agosto 5, 2016 7:00 pm

    Acabo de leer “Era de Illinois y se llamaba Ernesto”, de Alfonso Martínez Berganza, escrito inmediatamente después de la muerte de Hemingway. El libro vio la luz mucho más tarde, editado finalmente por uno de los hijos del autor en 1999. Esa edición conservó el texto original, al que se añadieron algunas notas explicativas. Los libros escritos en el momento tienen un valor especial: el de la autenticidad. En este sentido me recuerda a “La agonía de Francia” de Chaves Nogales y a la “Suite Francesa” de Irene Nemirowski, en los que los autores no sabían en qué iban a deparar los acontecimientos, pues ninguno de ellos conoció el final de la Segunda Guerra Mundial. El de Hemingway ha perdido para la mayoría de nosotros la actualidad del título, que rememora el de un artículo, “Era de Ronda y se llamaba Cayetano”, de Corrochano, sobre el torero Cayetano Ordoñez. Precisamente su hijo Antonio y Luis Miguel Dominguín fueron protagonistas de una rivalidad cierta, y aumentada por los medios, que se vio reflejada en el libro de Hemingway “El verano peligroso”. El de Martínez Berganza glosa fundamentalmente ese libro y el de “Fiesta”. En su momento se dijo que el americano no sabía de toros como para terciar en la polémica y Berganza, entresacando de sus obras, muestra cuánto sabía. La opinión de Hemingway es así la de un entendido amante de los toros.
    En el libro de Berganza se sigue muy bien cómo Hemingway escribía para público americano ignorante de estos temas, con un estilo directo, libre de adjetivos, como recomendaba el propio Hemingway, didáctico para que se entienda el tema, pero libre también de la terminología propia de la tauromaquia, tan rica en extensión como en detalles. Su afán no era popularizar la fiesta española entre sus paisanos americanos, y el efecto llamada que provocó, especialmente a los Sanfermines, no fue perseguido por él. La disputa entre los dos toreros protagonistas se nos va quedando atrás en el tiempo, así como las alusiones a Manolete, detonante de las críticas hacia Hemingway, pero el libro de Berganza no pierde un ápice de interés precisamente por el análisis tan certero que hace de los libros de Hemingway.
    He disfrutado de la lectura de este libro, que me ha llevado a releer los dos de Hemingway, y he aquilatado la opinión que tenía de Don Ernesto, al que conocía por referencia familiar directa, pues no en balde mi padre nació en el Casco Viejo de Pamplona y mi madre en la propia calle Estafeta, por la que pasa el encierro todos los años.

    Responder
    • David Parra Valcarce
      septiembre 19, 2016 4:08 pm

      Estimado Fernando:
      Muchas gracias por su extenso comentario y enhorabuena por el caudal adicional de información aportado. Me alegra saber que el libro le ha parecido interesante y digno de consideración. ¡Vaya lujo haber tenido referencias directas de un autor como Hemingway!
      Un saludo muy cordial
      David Parra

      Responder
  • Una Buena noticia para incluir en este capítulo. La editorial Publicacions de la Universitat de Vàlencia ha publicado este libro en su prestigiosa colección Biblioteca Javier Coy d’Estudis Nord-Americans. Gracias a la editora Carme Manuel. https://puv.uv.es/libro/hemingway-en-la-espa-a-taurina.html

    Para los cincuentópicos interesados en la literatura americana es una colección imprescindible, como dicen los aericanos: ‘must-see’!!!

    Responder
    • Charo Onieva
      junio 17, 2021 7:55 pm

      Estimado Santiago:
      Muchísimas gracias por la información que incluiremos en el capítulo para su difusión.
      Saludos cincuentópicos!

      Responder

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