La Fundación Juan March de Madrid organiza una exposición referida a las relaciones del arte asiático y el contemporáneo español durante los días 8 de marzo al 24 de junio de 2018.
Bajo el título «El principio Asia. China, Japón e India y el arte contemporáneo en España (1957-2017)», la muestra sobre arte asiático incluye alrededor de trescientas piezas (pinturas, esculturas, obra gráfica, dibujos, fotografías, instalaciones…) correspondientes a más de sesenta artistas que han trabajado en España y cuya obra está vinculada, en mayor o menor medida, con el arte de Asia oriental e India.
La exposición de la Fundación Juan March de Madrid pretende hacer visible la influencia de estas tres culturas (China, Japón e India) en el arte español de la segunda mitad del siglo XX, un aspecto tan presente en la obra de tantos artistas de ese momento como aún poco explorado.
La muestra sobre arte asiático se centra en el marco cronológico existente entre la generación abstracta española de los cincuenta y la de los artistas nacidos en torno a mediados de los años sesenta, momento de la creación del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca (1966) por Fernando Zóbel, una figura esencial para entender este proceso. Hay, no obstante, ejemplos de influencia anteriores, como el del ceramista Josep Llorens Artigas, que ya en los años veinte comenzó a trabajar en obras de enorme sencillez, o el de Joan Miró, que a partir de mediados de los años cuarenta trabajó, precisamente con Llorens Artigas, en piezas que aunaban cerámica y pintura.
La exposición cuenta con los fondos del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, así como con obras procedentes de colecciones e instituciones públicas y privadas españolas, algunas de ellas prácticamente desconocidas hasta la fecha.
[author] [author_image timthumb=’on’]https://cincuentopia.com/wp-content/uploads/2015/06/logo-google-.jpg[/author_image] [author_info]Cincuentopía«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».
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