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Se une al Club de Cincuentopía… Carlos Álvarez

Carlos Álvarez

Hace ya algunos días que el cantante de ópera Carlos Álvarez se ha incorporado como miembro de pleno derecho al Club de Cincuentopía. Repasemos el camino que ha recorrido hasta llegar a este nuevo estado.

Carlos Álvarez nació el 12 de agosto de 1966 en Málaga. Entró a formar parte de la escolanía de su colegio a los siete años, integrándose con posterioridad en distintas corales, donde ya destacaba su peculiar timbre de voz como barítono.

Comenzó su formación musical en el conservatorio de Málaga, compatibilizando sus estudios con los de Medicina (que posteriormente abandonó). Su gran oportunidad le llega en 1990, cuando actúa en el Teatro de La Zarzuela de Madrid en la obra La del manojo de rosas.

De manera paulatina Carlos Álvarez va consolidando una carrera que le lleva a actuar en los grandes templos de la ópera a escala internacional (Londres, Nueva York, Viena, Zurich…) dirigido por maestros del nivel de Solti, Mutti o Maazel.

Carlos Álvarez ha destacado de manera acusada en sus interpretaciones de óperas de Verdi (desde La Traviata y Rigoletto hasta Luisa Miller y Falstaff). También ha sido reseñable su presencia en obras de Mozart, Rossini, Puccini, Bellini o Donizetti, entre otros.

En la actualidad Carlos Álvarez está considerado como uno de los mejores barítonos verdianos de principios del siglo XXI. A su voz natural y depurada técnica une una sólida presencia y una notable expresividad.

Veamos sus dotes artísticas en esta interpretación de uno de los pasajes más conocidos de la ópera Carmen de Georges Bizet, la copla del segundo acto “Toréador, en garde”. Hemos extraído este vídeo del canal donkeydum en YouTube.

Damos la bienvenida a Carlos Álvarez al Club de Cincuentopía. Y le deseamos toda clase de éxitos.

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«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce». [/author_info] [/author]

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