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Ana María Rodas, De acuerdo

Ana María Rodas

Ana María Rodas, De acuerdo

Ana María Rodas

«De acuerdo,
soy arrebatada, celosa,
voluble
y llena de lujuria.

¿Qué esperaban?

¿Que tuviera ojos,
glándulas,
cerebro, treinta y tres años
y que actuara
como el ciprés de un cementerio?

* * *

Hoy he descubierto la belleza
                        de ser yo misma.
-no,
no fue así;
me lo enseñaste-

Pero al hacerme mujer
al mostrarme que los seres
                             son tan libres

Comprendí
que libre-yo
y libre-tú
podamos tomarnos de la mano
y realizar la unión sin anularnos.

Por eso me apretujo dentro de mí misma
hasta salir las lágrimas
y en el pelo
se me prende
el sabor salado del olvido.

Algún imbécil dijo
que el poeta es la clave del mundo.

¡Mentira!
A mi sólo me queda encogerme hacia dentro
y esperar
ciegamente
un sonido, una expresión cualquiera
y que alguien
donde quiera que esté
emita una señal diciéndome que existo.

* * *

Los teléfonos debieran ser parte
                             de la poesía
-la poesía está llena de recuerdos-
Hoy, una llamada solitaria
hizo rodar de nuevo el pasado a mi falda.

Se murieron tres años
                                casi cuatro.

Un bigote se movió sobre unos labios
murmurando
cosas triviales, de todos los dfas
que cómo están los niños,
si al fin me voy a Francia
que la perra tiene
                             tres cachorros
que cómo creció Carlos.

Y el teléfono de ayer me dijo
Cuánto te quiero.
Cuánto te extraño.

* * *

Te me acabas
como la vela que lanza
                su último fuego.
como el asomo de vida que la final
remueve al que está ya casi muerto.
¡Cómo es de extraño
escribir poemas
para alguien que fue
y que comienza a diluirse en el cerebro!».

Se trata del primer poema de Ana María Rodas (1937) que ha sido publicado en Cincuentopía.

[author] [author_image timthumb=’on’]https://cincuentopia.com/wp-content/uploads/2015/06/logo-google-.jpg[/author_image] [author_info]Cincuentopía

«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».

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Tags: DESTACADOS, POESÍA

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