Aunque ahora residimos en el planeta Fútbol, hubo un tiempo en que otros deportes ocupaban su trono: el deporte de la pelota. Según recogía una guía urbana de Madrid de 1.898, a finales del siglo XIX, se consideraba un deporte “viril e higiénico”, “uno de los espectáculos de mayor atracción” y ello “porque demuestra la fortaleza de nuestra raza”. Las modalidades más representativas de la pelota eran mano, pala, remonte y cesta-punta, aunque será esta última la que más se universalice. La pelota (más dura que una pelota de golf), la chistera (o cesta, con la que se recoge la pelota y que es alternativa a la mano o al guante) y la cancha donde se jugaba denominada frontón (o cancha abierta con forma de rectángulo., en cuyo frente podía haber una pared de rebote, el campo vacío o gradas de público).
En el País Vasco se viene practicando de manera tradicional. Requiere la participación de dos jugadores –al menos- o bien dos equipos que en líneas generales golpean por turnos una pelota contra un muro llamado «frontis», hasta conseguir un tanto. La cancha en la cual se juega se denomina frontón, existiendo una variante denominada trinquete, que es una cancha cerrada con un tejadillo lateral. La Federación Internacional de Pelota Vasca reconoce 4 modalidades con un total de 14 especialidades oficiales. En dos de ellas se admite la participación femenina. La modalidad viene determinada el tipo de cancha donde se juega, y la especialidad, lo que en ella se practica. Las modalidades y especialidades oficiales son:
En trinquete se juega a paleta con pelota de goma (hombres y mujeres), a paleta con pelota de cuero, a mano (individual y por parejas) y a xare (o share).
En frontón de 36 metros (también llamado frontón corto o pared izquierda) se juega a pala corta, paleta con pelota de cuero y mano (individual y por parejas) y paleta goma maciza
En frontón de 30 metros se juega a frontenis (hombres y mujeres) y paleta con pelota de goma.
En frontón de 54 metros (también llamado frontón largo o Jai Alai) se juega a cesta punta. (una cesta curvada de mimbre, que permite lanzar la pelota a una velocidad de hasta 290 km/h)
La Pelota Vasca fue deporte oficial en los Juegos Olímpicos que se celebraron en París en el año 1900, al mismo tiempo que la Exposición Universal, si bien la prueba no fue organizada por el COI. Se jugó a Cesta Punta en el frontón de Neuilly y en la final España (Villota / Amezola) ganó a Francia (Durquetty / Étchegaray). En el año 2004 les fue reconocida la medalla de oro a la pareja española. En tres ocasiones (París 1924, México1968 y Barcelona 1992), la Pelota Vasca ha estado presente en los Juegos Olímpicos, en calidad de deporte de demostración.
Pero se trata de un deporte universal. Se juega principalmente en España y Francia, aunque también hay federaciones de pelota vasca en América a donde llegó de mano de la emigración (Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana). Filipinas, Grecia, Holanda, India, Italia, Suecia y Estados Unidos.
Hubo un tiempo en que la cesta punta alcanzó una increíble popularidad en los Estados Unidos. El juego llegó a los Estados Unidos en 1904 gracias a la Exposición Universal celebrada en St. Louis. En 1924 se había sido construido el primer frontón en Miami, lo que convirtió a Florida en la capital del jai alai en los Estados Unidos. La práctica de este deporte estaba rodeado de sofisticación, tanto que se exigía etiqueta para acudir a las competiciones y ejercía una gran atracción entre los apostantes. La década de los 70 y principios de los 80 fue la edad de oro del jai alai. Superaban los 10.000 espectadores por partido. Entre los jugadores más idolatrados, estaban los de origen vasco, que emigraban a EE.UU. en busca de gloria y dinero y de ambientes políticos menos adversos.
La decadencia llegó por diversos motivos. Una huelga de jugadores en 1.988, una relajación en el código de vestimenta hicieron mella en la imagen de élite y sofisticación del juego. En la actualidad, es el subterfugio de muchos casinos –así, en el estado de Florida- para poder tener máquinas tragaperras y otras instalaciones asociadas a los juegos de azar, pues tienen la obligación de ofrecer al menos un deporte y en muchos casos, dicho deporte es el jai alai. La consecuencia es que muchos de los jugadores que emigraron a los Estados Unidos retornan para jugar temporadas en el País Vasco.
Para los fans de Mad Men, el capítulo 4 The Arrangements de la 3ª temporada de la serie estadounidense Mad Men gira en torno a un cliente americano que quiere introducir el Jai Alai o Cesta punta en los Estados Unidos. Aparecen numerosas referencias al deporte y a su origen.
En 1894 se inauguró el frontón Beti-Jai en la calle Marqués de Riscal de Madrid, con una capacidad de 4.000 espectadores. El edificio –de estilo neomudéjar- fue construido a instancias del famoso empresario de Escoriaza, José Arana, que encargó al renombrado arquitecto Joaquín de Rucoba la construcción de un frontón a imagen y semejanza del Beti-Jai de San Sebatián, “mejorado y de mayor tamaño que el actual, ya que se va a ubicar en la capital”. Se empleó una estructura de columnas y vigas de hierro fundido para acelerar la construcción de las gradas. Gracias a la novedosa introducción de vigas curvadas, la cancha era perfectamente visible desde cualquier ángulo. Destacaba tanto por su decoración como por la amplitud de sus gradas. Disponía de solones, cafetería, vestuarios para los deportistas, así como una especie de marcador electrónico. Por todo ello, era considerado la Capilla Sixtina de los frontones.
Hasta la época actual y desde que en 1918 decayó la práctica de este deporte, ha sigo garaje, comisaría y cárcel para presos políticos durante la Guerra Civil, lugar de ensayo para las bandas musicales vinculadas a la Falange Española. En 1989 fue adjudicado en pública subasta a la sociedad inglesa Lamplough Investiment Services, Ltd, y ésta, al año siguiente, lo vende a la francesa Citröen que instala en su interior un taller de reparaciones. En 1997, hubo un intento de recuperar el uso deportivo que no cuajó. Un intento fallido de convertirlo en un hotel dio paso al ruinoso estado actual del edificio. En la actualidad, es propiedad del Ayuntamiento de Madrid.
Desde 2008 la plataforma Salvemos el frontón Beti-Jai viene luchando desde hace años para evitar su derribo. Bajo sus auspicios, el pasado 30 de mayo en el Cine independiente Artistic Metropol de Madrid, se estrenó el documental Beti-Jai. La Capilla Sixtina de la Pelota que pretende concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de este histórico edificio. Adjuntamos un trailer del documental.
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Charo Onieva
Su curiosidad la ha llevado a desarrollar distintos proyectos de emprendimiento en los entornos offline y online. Impulsora de Cincuentopía. [/author_info] [/author]