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El arte de la cata de vinos: crianza Ribera del Duero

Crianza de Ribera del Duero

En Cincuentopía continuamos con nuestra apuesta por el arte de la cata de vinos. En esta ocasión centramos nuestra atención en los vinos de crianza de Ribera del Duero.

Como ya hicimos en nuestra anterior entrada dedicada a vinos de crianza Rioja, para acercarnos al arte de la cata de vinos contamos con la inestimable colaboración de los vídeos de uno de los grandes conocedores de esta materia en España: Jesús Bernad (como siempre, os recomendamos el canal con que cuenta en Vimeo).

Jesús Bernad nos va a ir desgranando algunas de las principales características de los vinos de crianza de Ribera del Duero, uno de las grandes referencias del viñedo español gracias a su clima continental extremo. En su intervención desglosa las añadas de 2009 (un año climatológicamente perfecto) y 2010 (menos explosivo pero también de sumo interés) y subraya las notables diferencias.

CRIANZAS DE RIBERA DEL DUERO from Jesús Bernad on Vimeo.

Conforme recalca Jesús Bernad en relación con los vinos de crianza de Ribera del Duero (y es aplicable a cualquier otro caldo), no nos privemos en emplear los cinco sentidos a la hora de aplicarnos en el arte de la cata de vinos: sobre todo la vista, el olfato y el gusto. Escojamos el lugar adecuado (silencioso, bien iluminado y ventilado) y copas de buen cristal, transparentes e incoloras.

Como siempre recalcamos desde Cincuentopìa: el vino es cultura y como tal lo tratamos; a la hora de incidir sobre el arte de la cata de vinos no se trata de beber sino de disfrutar con lo que se bebe. Y anunciamos a nuestros seguidores que a no mucho tardar vamos a organizar una cata de vinos dirigida tanto a nuestros socios como a nuestros seguidores.

[author] [author_image timthumb=’on’]https://cincuentopia.com/wp-content/uploads/2015/06/logo-google-.jpg[/author_image] [author_info]Cincuentopía

«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».

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