En una semana en la que de lo que más se habla es de fútbol, me he puesto a recordar los grande equipos que he visto y que recuerdo. Y el primero que me viene a la memoria es Brasil mundial 82.
Hay veces que el arte no conoce de triunfos. Como dice E.J. Rodríguez en su maravilloso artículo Brasil 82: el fútbol que cayó del cielo,
[quote] Imaginemos ahora un equipo que era como uno de aquellos grupos de jazz en los que no había partitura —o a la partitura no se le hacía caso— y en donde cada instrumentista era un virtuoso con tendencia a inventar sus propias melodías, hasta el punto de que ni ellos mismos sabían qué música iban a estar tocando unos pocos compases después. Un equipo que era como el “be-bop” del fútbol, al que resultaba casi imposible frenar porque resultaba casi imposible prever[/quote]