En Cincuentopía nos suena la cara de… Isabel Tenaille, conocida presentadora de Televisión Española durante las décadas de los setenta y ochenta.
Isabel Tenaille (1951) comenzó su actividad profesional como locutora de continuidad en Televisión Española cuando apenas contaba veinte años de edad. Su buen hacer y su personalidad telegénica la permitieron dar el salto a la presentación de distintos programas ya a mediados de los años setenta. Entre ellos figuran Revistero y Gente joven.
No obstante, su gran salto de popularidad tiene lugar en 1975, año en que presenta Gente hoy, un magazine de carácter diario que contaba con una auténtica legión de seguidores. Se consolida como uno de los rostros más conocidos del panorama mediático español con participaciones adicionales en programas como 24 imágenes por segundo y Dos por dos (en la compañía de Mercedes Milá).
A lo largo de los años ochenta Isabel Tenaille continúa con su activa presencia en toda clase de programas, incluyendo informativos, culturales y concursos. Hace incluso alguna incursión en el mundo de la interpretación con su participación en la obra de teatro El paseo del mono emitida dentro del espacio Estudio 1 de Televisión Española.
A partir de la década de los noventa su presencia se va atenuando. Presenta algún programa especial y sus últimos años los desarrolla dentro de TVE Internacional. En 2007 se produce su jubilación como consecuencia de un extenso expediente de regulación de empleo.
A lo largo de su trayectoria Isabel Tenaille obtuvo, entre otros galardones, dos Premios TP de Oro como Mejor Presentadora (1976 y 1977), así como un Premio Ondas (1976).
Por todo ello, en Cincuentopía nos suena la cara de… Isabel Tenaille.
[author] [author_image timthumb=’on’]https://cincuentopia.com/wp-content/uploads/2015/06/logo-google-.jpg[/author_image] [author_info]Cincuentopía«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».
[/author_info] [/author]