Algunas de las más grandes películas de la historia del cine han tenido un coche como icono. Hasta tal punto que en ocasiones el vehículo casi ha llegado a desbancar a los protagonistas del filme. En Cincuentopía proponemos cinco películas (hay muchas más, desde luego) en las que los coches han jugado un papel determinante. Y las elegidas son: Goldfinger, Bullit, Regreso al futuro, Thelma y Louise y Gran Torino. Aquí están esos Coches de Cine:
Aston Martin (modelo DB5), Goldfinger (1964)
James Bond, el casi infalible agente 007, se aficionó al coche (y ¡quién no!) desde su primera película, Goldfinger. Es verdad que dado lo dilatado de la saga, el Aston Martin no ha sido el único vehículo (incluso ha cambiado el modelo DB5 por otros de este mismo fabricante) pero, a la hora de la verdad, 007 siempre vuelve a su coche favorito. Y así lo hemos visto en Thunderball, GoldenEye, Tomorrow Never Dies, Casino Royale y, más recientemente, en Skyfall. A veces es propiedad de 007, en otras ocasiones de alquiler o tomado en préstamo (por las buenas o por las malas). Es curioso, en las novelas de Ian Fleming, James Bond siempre condujo un Bentley.
Ford Mustang (modelo GT-390, Bullit (1968)
Quizá nos encontremos ante el mito de los mitos. En su momento protagonizó una persecución que nos dejó a todos boquiabiertos (no había los actuales medios técnicos o efectos especiales). Al volante Steve McQueen, por entonces en su plenitud física e interpretativa, que recorre las calles de San Francisco a toda pastilla (por cierto, el Ayuntamiento impidió que se rodara también en el famoso Puente Golden Gate y nos podemos imaginar los motivos). ¿Crees que exageramos? Eso es que no has visto (o no recuerdas) esta escena. Aquí la ponemos: juzga y opina por ti mismo.
DeLorean (modelo DMC-12), Regreso al futuro (1985)
Una de las trilogías que mejor aceptación ha tenido en taquilla a lo largo de la historia del cine no podría entenderse sin este particular modelo. Aunque su producción se dirigía al mercado estadounidense, su fabricación se llevó a cabo en Irlanda del Norte. Ya de por sí el coche tenía un diseño extravagante, un aspecto que decantó su elección por parte de los responsables de la primera de estas películas. Marty Mc Fly (Michael J. Fox) y Emmett Brown (Christopher Lloyd) nos podrían hablar de las horas inolvidables que pasaron al volante del vehículo que hacía de todo un poco (correr, volar, transmitir la electricidad…).
Ford Thunderbird (modelo 1966), Thelma y Louise (1991)
Una excepción a la regla: en la realidad el coche era todavía más fiero de como aparecía en la película. El modelo original, dotado de un motor de 345 CV, podía pasar de cero a cien en nueve segundos y superaba los 200 kilómetros por hora a poco que se le forzara. En las manos de Thelma (Geena Davis) y Susan Sarandon (Louise) se convirtió en una metáfora de la libertad. Por cierto, la película estuvo a punto de no rodarse porque carecía del final feliz demandado por los estudios para su producción. Para el recuerdo la maravillosa escena final: el coche volando hacia la eternidad con el mítico Gran Cañón del Colorado de fondo. El previsible resultado: siniestro total.
Ford Gran Torino (modelo 1972) Gran Torino (2008)
Y un caso extremo: hasta tal punto es protagonista el coche que la película recibe su mismo nombre (aunque a la hora de la verdad aparece más bien poco en pantalla). Clint Eastwood (en la única de las películas dirigidas por él en la que muere) es un veterano de la Guerra de Corea que mima hasta el extremo (incluyendo la intervención contra los amigos de lo ajeno) el vehículo que tantos recuerdos le trae. Una máquina de leyenda que también vimos en la serie de televisión Starsky y Hutch (y en esta ocasión con notable profusión).
¡Atención! Otro día repasaremos los coches icónicos de las series de televisión (aquí nadie se salva de ser recordado).
¿Qué os ha parecido la elección, cincuentópicos? ¿Echáis en falta algún coche de alguna película en concreto?