Crímenes que no olvidaré de Alicia Giménez Bartlett no es una novela sino un conjunto de nueve relatos breves. Tal circunstancia no resulta baladí sino que, como aclararé a continuación, marca de manera decisiva el tono del libro.
Alicia Giménez Bartlett (1951) es una de las más interesantes escritoras de novela negra que hoy en día hay en España aunque es cierto que también cuenta con una apreciable obra ajena a dicha temática (incluyendo novelas como Donde nadie te encuentre, por la que obtuvo el Premio Nadal, pero también ensayos como La deuda de Eva o El misterio de los sexos).
No obstante ha conseguido la mayor fama con su pareja de detectives del Cuerpo Nacional de Policía de España, la inspectora Petra Delicado y el subinspector Fermín Garzón, dos personajes dotados de un notable temple literario que además se potencian de manera mutua. La popularidad de este dúo quedó reforzada con una serie de televisión emitida bajo el título Petra Delicado a finales de los años noventa.
A lo largo de dos últimas décadas Delicado y Garzón han protagonizado un total de nueve libros (su debut tuvo lugar con la notable Ritos de muerte), a los que ahora se une Crímenes que no olvidaré. Como advertía con anterioridad se trata de nueve relatos cortos escritos entre febrero de 1997 (“Muerte en el gimnasio”) y agosto de 2014 (“Tiempos difíciles”).
En dicha cuestión se halla el principal inconveniente de este libro. Uno de los puntos fuertes de la narrativa de Alicia Giménez Bartlett radica en su capacidad para construir tramas ingeniosas que se sustentan en la constante (a ratos divertida y en ocasiones tensa) pugna dialéctica entre la cerebral e introvertida Petra Delicado y el locuaz y extrovertido Fermín Garzón. Pero para alcanzar ese clímax la escritora precisa de un determinado número de páginas que, en el caso de estos relatos, no llega a ser suficiente. El resultado final es una narración un tanto desvaída, plana y en ocasiones atropellada, en la que los habituales de la escritura advierten pequeños retazos de los dos detectives, apenas amagos del reconocido genio creador de la autora.
La sensación que se transmite al lector es la de que resultaba necesario sacar al mercado un nuevo libro de la serie Petra Delicado; se ha cumplido con el trámite y “a otra cosa mariposa”. Y es una lástima porque buena parte de los textos (sin duda “La voz de la sangre” o “Princesa Umberta”) hubieran sido magníficas urdimbres para posteriores novelas largas.
En cualquier caso la obra siempre será bien recibida por los lectores más magnánimos y ávidos de nuevos casos de los dos policías, a la espera de que la próxima novela sea verdaderamente digna de tan estupenda escritora.
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Alicia Giménez Bartlett. Crímenes que no olvidaré. Destino.
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