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Delmira Agustini, El cisne

Delmira Agustini

Delmira Agustini El cisne

Delmira Agustini El cisne

«Pupila azul de mi parque 
es el sensitivo espejo
de un lago claro, muy claro!…
Tan claro que a veces creo
que en su cristalina página
se imprime mi pensamiento.

Flor del aire, flor del agua,
alma del lago es un cisne
con dos pupilas humanas,
grave y gentil como un príncipe;
alas lirio, remos rosa…
Pico en fuego, cuello triste
y orgulloso, y la blancura 
y la suavidad de un cisne…

El ave cándida y grave
tiene un maléfico encanto;
clavel vestido de lirio,
trasciende a llama y milagro!…
Sus alas blancas me turban
como dos cálidos brazos;

ningunos labios ardieron
como su pico en mis manos;
ninguna testa ha caído
tan lánguida en mi regazo;

ninguna carne tan viva
he padecido o gozado:
viborean en sus venas
filtros dos veces humanos!

Del rubí de la lujuria
su testa está coronada:
y va arrastrando el deseo
en una cauda rosada…

Agua le doy en mis manos
y él parece beber fuego,
y yo parezco ofrecerle
todo el vaso de mi cuerpo…

Y vive tanto en mis sueños,
Y ahonda tanto en mi carne, 
que a veces pienso si el cisne
con sus dos alas fugaces,

sus raros ojos humanos
y el rojo pico quemante,
es solo un cosne en mi lago
o es en mi vida un amante…

Al margen del lago claro
yo le interrogo en silencio…
y el silencio es una rosa
sobre su pico de fuego…
Pero en su carne me habla
y yo en mi carne le entiendo.

-A veces ¡toda! soy alma;
y a veces ¡toda! soy cuerpo.-
Hunde el pico en mi regazo
y se queda como muerto…

Y en la cristalina página,
en el sensitivo espejo
del algo que algunas veces
refleja mi pensamiento,
¡el cisne asusta, de rojo,
y yo, de blanca, doy miedo!».

Otros poemas de Delmira Agustini (1886-1914) publicados en Cincuentopía:

[author] [author_image timthumb=’on’]https://cincuentopia.com/wp-content/uploads/2015/06/logo-google-.jpg[/author_image] [author_info]Cincuentopía

«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».

[/author_info] [/author]
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