Me he quedado un tanto desconcertado ante la lectura de Desaprendizajes, la última (por el momento) obra de José Manuel Caballero Bonald. Se presenta al mercado como un conjunto de “poemas en prosa”, una denominación que creo más engañosa que acertada aunque sobre gustos no hay nada escrito.
José Manuel Caballero Bonald (1926) es una de las mayores figuras de la literatura española de estas últimas seis décadas. Su magisterio se ha concretado en una extensa producción que abarca poesías, novelas, ensayos, artículos periodísticos y memorias. Además de lograr el Premio Cervantes (entre otros numerosísimos galardones) ha recibido en tres ocasiones el Premio de la Crítica (dos en la categoría de poesía por Las horas muertas y Descrédito del héroe y una en la de narración por Ágata ojo de gato), circunstancia única que yo sepa.
Publica José Manuel Caballero Bonald este libro a una edad a la que la mayoría de la población simplemente no llega; él no sólo lo ha conseguido sino que a lo largo de las páginas del texto muestra una notable lucidez mental, lo que es todavía más meritorio. Sin embargo lamento decir que el resultado final de la obra no me parece del todo satisfactorio (al menos no para los niveles de exigencia que cabe requerir a un titán de las letras como es el autor nacido en Jerez de la Frontera).
Calificaba Desaprendizajes como una obra engañosa, cuestión de la que no culpo tanto al escritor como a la editorial que lo ha publicado (en este caso Seix Barral). Comercializar el libro bajo el leiv motiv “poemas en prosa” (una categoría literaria espinosa como pocas) es no contar al lector toda la verdad de lo que se va a encontrar dentro del mismo. Porque, al margen de algunos textos en los que sí predomina dicha noción, las piezas que conforman la obra se sitúan más en la categoría de pensamientos, macroaforismos o proposiciones (lo que no es exactamente lo mismo).
Y también aludía al hecho de que su lectura me había dejado descolocado. Porque no se trata de que Desaprendizajes sea un libro malo (tal hecho resulta metafísicamente imposible por la calidad literaria del autor); lo que estoy subrayando es que nos encontramos ante un libro innecesario, que poco aporta a la trayectoria literaria de José Manuel Caballero Bonald y menos todavía a los lectores en general y a sus seguidores en particular.
Mi impresión particular es que la editorial ha visto la posibilidad de “hacer caja” con un nuevo texto del escritor y que éste ha aceptado la oferta. Por supuesto tal hecho no es criticable en sí (faltaría más que a estas alturas José Manuel Caballero Bonald no pudiera hacer lo que le venga en gana y tuviese que dar explicaciones por sus actos) pero dicho reconocimiento tampoco implica elevar el verdadero nivel de lo aquí juzgado.
Los asiduos a la obra de José Manuel Caballero Bonald advertirán en las páginas de Desaprendizajes algunos de los rasgos más característicos del autor: la formidable variedad de vocablos que emplea (quizá desde Góngora nadie ha tenido una capacidad de esa naturaleza en la lengua castellana), el gusto por la precisión absoluta al escribir, la erudición que exuda cada una de las ideas que expone, su actitud de abierta rebeldía ante el statu quo, una cierta rabia de naturaleza existencial…
Por el contrario, si alguien se asoma por vez primera a su universo creativo es posible que se sienta confuso (deslumbrado ante la brillantez de la escritura y ante la profundidad de lo tratado, pero no por ello menos confuso): lo que se le había prometido que iba a leer difiere de lo que en realidad se ha encontrado.
Desaprendizajes es un libro que va a más: cada una de sus tres partes supera la anterior hasta alcanzar el apogeo en piezas como “Negro espejo de la muerte”, “El retrato” o “Afueras del Edén”, entre otras. Pero… …pese a todo lo escrito hasta ahora el conjunto sigue sin convencerme. Y es muy posible que el problema no sea el autor sino el crítico que lo está reseñando.
Por todo ello considero que Desaprendizajes no es ni mucho menos el mejor libro del escritor. Y tampoco resulta la forma más adecuada de acercarse al cosmos literario de José Manuel Caballero Bonald. Para quienes deseen realizar dicha aproximación a la obra poética del autor mi recomendación es la formidable recopilación Somos el tiempo que nos queda, que la abarca en su totalidad entre 1952 y 2005. Y para quienes simplemente aspiren a quedar hipnotizados por su inconfundible prosa, que lo hagan con un texto tan interesante como Ágata ojo de gato.
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José Manuel Caballero Bonald. Desaprendizajes. Seix Barral.
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David Parra
Especialista en nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones aplicadas al ámbito del periodismo. Ha publicado alrededor de diez libros y más de treinta artículos en revistas científicas. Le gusta leer. [/author_info] [/author]