El Botillo es un plato típico de la gastronomía de la comarca leonesa de El Bierzo, que se ha mantenido en la cultura popular desde tiempos inmemoriales. Por su contundencia, se degusta como plato principal, especialmente en época de invierno. Según la tradición, el primer botillo del año se comía en Nochebuena y el resto o los domingos o las fiestas grandes. El último se comía en Carnaval.
Existen teorías contrapuestas respecto al origen del botillo. Algunos dicen que es romano -a los romanos les encantaban los picadillos, elaborados con carne y condimentos-. Otros dicen que es medieval y que sus creadores fueron unos monjes.
La palabra botillo deriva del latín y su nombre deriva del término latino botellus, que significa salchicha, morcilla o chorizo.
Lo cierto es que ya se alude al botillo en el libro De re coquinaria, una auténtica antología de recetas de la Roma Imperial. Su autor, Marco Gavio Apicio, que vivió bajo el reinado del emperador Tiberio, fue una especie de bon vivant que llevó una vida desenfrenada y que siguió a pies juntillas la máxima Mírame, bebe y diviértete, porque en esto has de acabar que junto los frescos de calaveras decoraba los comedores en la Roma Imperial.
León crece y se desarrolla bajo el influjo de la VII Legión, que realizó una intensa labor de vigilancia de las minas de oro de las
Médulas, ubicadas en El Bierzo. Al igual que hasta nuestros días han llegado algunos vestigios y testimonios de su presencia en la localidad en forma de inscripciones, aras votivas, murallas, canalizaciones de agua… también han quedado vestigios gastronómicos como el botillo.
Con posterioridad, a partir del siglo XII los monasterios tomaron el testigo y se conservan pruebas documentales sobre la abundancia de cerdos en la zona.
El botillo se elabora con las partes más humildes del cerdo. El proceso de elaboración se lleva a cabo en distintas etapas cuya media de duración está en los nueve días. En primer lugar, se lleva a cabo la selección de materias primas (costillas, rabo, espinazo, paleta, carrillera y lengua de cerdo) que se escogen para ser troceados en porciones regulares. Los huesos deben estar poco mondados. Se usa siempre carne fresca en la elaboración. Se procede al adobo añadiendo a las partes troceadas sal, pimentón picante –incorporado a partir del siglo XVII a raíz del descubrimiento de América-, ajo y orégano. Después se embute en una tripa gruesa, denominada ciego, que a su vez se ha sazonado y adobado previamente. El proceso de ahumado se realiza con el humo producido al quemar leña de roble o encina durante tres o cuatro días. Este procedimiento confiere un sabor particular a todos los embutidos de El Bierzo. Seguidamente se cura al aire durante una semana para que adquiera mayor consistencia. Así se conserva un tiempo que ronda los tres o cuatro meses.
Existe una manera clásica de preparar el botillo, acompañado de patatas y verdura, que contribuyen a tanto a neutralizar el picante como a desengrasar la carne.
Los ingredientes para 4 personas son los siguientes: un botillo de El Bierzo, 4 chorizos frescos, 1 repollo mediano, 4 cachelos o alternativamente, 4 patatas de buen calidad.
El botillo se pone a cocer en una olla, a fuego lento. Un botillo que pese un kilo deberá cocer unas dos horas. Cuarenta y cinco minutos antes de su plena cocción incorporamos la verdura. Y por último, treinta minutos antes de la cocción, se añadirán las patatas y el chorizo fresco del Bierzo.
Su salsa roja será el complemento ideal que dará color, aroma y sabor a las verduras y las patatas. Se sirve en una fuente honda, con los aditamentos rodeando el botillo.
A partir de la preparación anterior, podemos obtener las Delicias de Botillo, según la receta facilitada por Legado del Bierzo. Carracedelo.
Los ingredientes para 4 personas son los siguientes: un botillo de El Bierzo, 1/4 repollo, 1/2 kg de patatas, 1 huevo, 1/2 vaso de nata, unas tiras de pimientos asados del Bierzo.
Cocemos un botillo con repollo y cachelos. Hacemos un puré consistente con las patatas. Deshuesamos y desmenuzamos el botillo y lo mezclamos con el puré de patatas. Hacemos bolas con esta mezcla y las rebozamos en huevo y pan rallado y las freímos en abundante aceite caliente.Trituramos el repollo, lo reducimos en una sartén y lo ligamos con nata.
Como colofón a tan buena comida, lo más aconsejable es dar un paseo que contribuya a la buena digestión.
Y como una imagen vale más que mil palabras, os dejamos el capítulo que el programa que emite RTVE Un país para comérselo, dedicó a la gastronomía de El Bierzo.
