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El Brunch o el desayuno tardío

El Brunch
Sofá cama de IKEA
Sofá cama de IKEA

Conforme avance el otoño, irán llegando los domingos de pereza y recogimiento, sobre todo si se ha trasnochado el sábado. El brunch viene a ser la solución ideal para cuando se ha hecho demasiado tarde para desayunar y demasiado pronto para comer, esto es, entre las 11 de la mañana y las 3 de la tarde. El término brunch  proviene de la composición entre dos palabras inglesas breakfast (desayuno) y lunch (almuerzo).

En la Gran Bretaña del siglo XIX, los campesinos y granjeros aprovechaban para reponer fuerzas a media mañana en una jornada de trabajo que comenzaba casi de madrugada. Sin embargo, la primera referencia escrita no se refería precisamente a ellos, sino a la combinación de desayuno y comida que algunas familias de la alta sociedad tomaban tras volver de su jornada de caza dominical. En 1.895 el periodista Guy Beringer lo dio a conocer en el semanario para amantes de la caza, Hunter’s Weekly.

Portadas de Punch Fuente: Wittyworld
Portadas de Punch Fuente: Wittyworld

Punch, el célebre semanario satírico británico de la época –se editó hasta 1.992 y fue resucitada por Mohamed al Fayed, el dueño de los Almacenes Harrods , dejando de editarse definitivamente en 2.002-. , apuntaba otro origen para el brunch. Los sirvientes de las clases altas británicas daban a los sirvientes los domingos como día libre. Previsoramente, los empleados dejaban preparado un gran buffet donde se pudieran comer alimentos del desayuno y la comida juntos. Tal costumbre era considerada una especie de esnobismo y era y sigue siendo objeto de burla y de crítica en algunos círculos sociales. En 1896 opinaron acerca del brunch, que era “To be fashionable nowadays, we must brunch”.

La moda rápidamente se trasladó a Nueva York. Así, quien quería ser moderno en la urbe, practicaba el brunch el fin de semana, aunque en realidad se hacía para compensar los excesos de las “largas noches” del sábado. Era la solución ideal para los que habían trasnochado y no querían madrugar para desayunar y tampoco tenían el cuerpo para soportar la comida consistente del domingo.

BuddEn el libro De cine. Memorias de un príncipe de Hollywood, de Budd Schulberg, habla de la nostalgia que en los años 20 los pioneros de Hollywood sentían de las legendarias fiestas neoyorquinas. “El país entero –a juzgar por lo que contaban Scott Fitzgerald, Samuel Hopkins Adams  y Carl van Vechten- parecía sumido en una prolongada farra de ginebra casera, bailes de moda y una nueva y liberada forma de vivir el sexo (…) Y si el país entero se iba de fiesta, ¿por qué iba Hollywood a ser distinto? Y el motivo de que la fiesta de Hollywood siempre ha sido un reflejo excesivo, acelerado e imponente del Estilo Americano. (…) Los lunes por la mañana aquellas locas fiestas eran la comidilla de una ciudad pequeña en la que aún se conocía todo el mundo.”

Un vez asentada la Meca del Cine en California, en la década de los 30 las estrellas  de cine que recorrían Estados Unidos desde Nueva York a Los Ángeles, contribuyeron a la popularidad del brunch, debido al hábito que tenían de parar los sábados en Chicago para hacer un desayuno tardío.

Una vez finalizada la II Guerra Mundial la costumbre se fue popularizando entre las familias, en las que las mujeres incorporadas al mercado laboral, los domingos “relajaban” su dedicación doméstica y convertían el brunch en un momento de reunión familiar.

Existen otras versiones que cuenta que fue la comunidad judía no ortodoxa de Nueva York la que inició los brunchs como rito secular. Y otra tesis afirma que el brunch es heredero del buffet tradicional sueco, el Smörgåsbord, -en Madrid, era célebre el que organizaba el restaurante Bellman del desaparecido Hotel Suecia- y que fue llevado por los emigrantes a Estados Unidos y adaptado a los platos allí existentes.

Café Oliver, en Madrid
Café Oliver, en Madrid

En la actualidad, en cualquier lugar del mundo, cosmopolita y urbano, ya sea Londres, Berlín y Nueva York, se puede degustar un brunch. En Madrid, el Café Oliver presume de ser el pionero del brunch en la capital. También lo ofrecen los hoteles más emblemáticos de Madrid y Barcelona y son dignos de un resacoso príncipe de Hollywood.

El brunch más famoso de todos los tiempos sigue siendo el que incluye huevos al estilo benedictino, que consiste en unos huevos escalfados y cubiertos por salsa holandesa, acompañados de tocino y panceta y con un cóctel Bloody Mary  de vodka y zumo de tomate como bebida. Su origen se atribuye a Samuel Benedict, un agente de bolsa retirado, que pidió que se los prepararan en el famoso hotel Waldorf.

Bloody Mary
Bloody Mary

Lo cierto es que la mezcla de dulce y salado es válida para el brunch. desde lo típico del desayuno como lácteos (leche y yoghourt), tortitas, crèpes o pancakes, galletas, pastas,  bollería, mermeladas… En cuanto a lo salado, empezando por los huevos revueltos o en tortilla hasta más apropiados  salchichas, embutidos, quesos, ahumados, patés, carnes frías y diversos tipos de panes… Terminando por frutas (también en zumo) y ensaladas. Se dice que un brunch no es un verdadero brunch si no incorpora un cóctel: los más servidos son los cócteles de champagne como el Mimosa –que lleva zumo de naranja- y el más célebre para la ocasión es el Bloddy Mary.  Aunque tradicionalmente se le ha venido considerando como el adecuado para combatir la resaca –aplicando el principio de la homeopatía, curar enfermedades con el mismo mal que las produce-, se viene abogando por una variedad, el Virgin Mary que es como el Bloody Mary, pero sin alcohol.

Casi cualquier producto es admitido en el brunch. Y por supuesto, lo que no puede faltar es el café o el té, imprescindibles para despejarse.

Ahora lo que queda es planificar la nevera para no tener que salir en todo el domingo. Ni a por el periódico.

Tags: CONTAR, DESTACADOS

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2 comentarios. Dejar nuevo

  • Y pensar que el champagne solo es delicioso y ahora me he encontrado con cócteles que sin duda se ven exquisitos, en definitiva tengo que probarlos

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    • Charo Onieva
      enero 2, 2015 11:55 am

      Así es, Ale, el cóctel Mimosa es exquisito y refrescante. Un gran propósito para el nuevo año. Conocer un nuevo cóctel. ¡Que tengas un gran 2015!

      Responder

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