Midway, dirigida por Roland Emmerich (Independence day, Godzilla, 2012) sitúa la acción principal en el año 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, seis meses después del ataque japonés a Pearl Harbor. En ese momento la Armada Imperial Japonesa es prácticamente la dueña del Pacífico.
Antes de Midway, los norteamericanos tan solo habían podido dar una leve muestra de que lucharán hasta el final, con el raid sobre Tokio dirigido por el teniente coronel James H. Doolittle y que se cuenta en la cinta de Emmerich, al igual que el ataque sobre la base naval de Pearl Harbor. La operación de Doolittle se cuenta de manera más somera que la película Pearl Harbor (Michael Bay 2001), pero el ataque a la base hawaiana, aunque más corta, tiene más realismo y calidad.
En una entrevista el director contaba que “Siempre he vivido obsesionado con ese capítulo de la historia. Fue el triunfo de un grupo de gente convencida del valor de la comunidad, el sacrificio y la democracia. La marina americana después de Pearl Harbor era a todas luces incapaz de combatir a la potente armada japonesa. Pero el hombre al mando, Chester W. Nimitz, vio claro que tenían, pese a todo, que tomar la iniciativa. Atacaron y, contra todo pronóstico, vencieron. Fue, como leí en un artículo, el Trafalgar de EEUU”.
Midway, es puro Emmerich. Acción de auténtico cine bélico con muchos aires del cine clásico.
Una batalla decisiva
En la batalla de Midway, librada a primeros de junio de 1942 y un mes después de la batalla del Mar del Coral, se enfrentaron las fuerzas aeronavales estadounidenses y japonesas. En esta batalla decisiva los norteamericanos asestaron un durísimo golpe a los japoneses que perdieron totalmente la iniciativa en el Pacífico. Los japoneses perdieron cuatro portaaviones, un crucero pesado y cerca de 240 aviones de combate. El coste para los estadounidenses fue de un portaaviones y un destructor. Todo fue posible gracias a que los criptógrafos norteamericanos, justamente representados en el filme, detectaran las intenciones japonesas y se adelantaran a sus planes.
Midway nada tiene que ver con las megaproducciones de superhéroes que inundan los cines. De hecho, para termina la película el director ha tenido que conseguir financiación independiente, lejos de las grandes productoras. Para poder hacer esta película ha tenido que esperar dos décadas.
Un bono extra que tiene Midway es que un buen número de personajes están basados en personas reales y que salvo alguna excepción, resultan creíbles aunque no se refleje del todo el auténtico miedo que sentiría un soldado en esa guerra. Tema aparte es el de los japoneses, que quedan más en un segundo plano, aunque tratados de un modo muy respetuoso.
Fidelidad histórica
Esta película de Emmerich no es la primera vez que toca esta batalla. La historia ya había sido contada en el documental propagandístico “La batalla de Midway” (1942) rodada por el mismísimo John Ford, que consiguió unas imágenes excepcionales, a costa de terminar herido.
En 1973 apareció “La batalla de Midway” con escasa exactitud histórica a pesar de que tanto su director, Jack Smight, como actores como Henry Fonda, Charlton Heston o Glenn Ford, Cliff Robertson, fueran veteranos de guerra. Además las escenas de combates eran como un “monstruo de Frankestein” realizada con recortes de películas como “Treinta segundos sobre Tokio”, de 1944; “De Pearl Harbor a Midway”, de 1960 y “Tora! Tora! Tora!” de tres años antes.
Emmerich logra que Midway sea mucho más fiel a la historia. Es más sofisticada y, gracias a las nuevas tecnologías mucho más real, aunque en momentos se acerque peligrosamente al mundo de los videojuegos que hoy casi son como el cine. También recupera la esencia de los grandes dramas bélicos recreados por un coro de estrellas de cine como las magníficas El día más largo o Un puente lejano que se centran más en la historia que en la vida o los romances de sus protagonistas.
Ahora bien, incluso con un reparto de estrellas como Dennis Quaid, Woody Harrelson, Aaron Eckhart o Ed Skrein, junto a Patrick Wilson o Luke Evans, los personajes siguen con los tópicos y clichés que aparecen constantemente en el género bélico,.
En definitiva, Midway funciona muy bien como película épica, es puro espectáculo cinematográfico y hace que las pocas subtramas de la película sean realmente prescindibles. Muy de agradecer que sea razonablemente respetuosa con la historia.
1 comentario. Dejar nuevo
Muy buen análisis Juanjo Ortiz, gracias. Es una película, con sus ventajas e incovenientes, y como tal tampoco tiene por que ajustarse a los parámetros de un documental histórico. La crítica que le han hecho iba por ahí, desacertadamente. Sin duda es mucho más fiel que «La batalla de Midway» que vimos estrenar los cincuentópicos, o más completa que la documental que recoges de 1942 de John Ford, anecdóticamente retratado en la película. ¿No crees que antes que un Trafalgar sería más parecido al Sitio de Cartagena, con Blas de Lezo? ¿Sabes si hay versión 3D de esta película?
Un saludo