
El Tirol es una de las zonas más características de Austria. Apetecible en cualquier época del año, la pureza de su aire, su peculiar arquitectura de casitas de madera y la formidable presencia de los Alpes son algunos de los rasgos que cada año atraen a un número creciente de personas.
Proponemos a los seguidores de Cincuentopía un recorrido por cinco de sus lugares más significativos (aunque las posibilidades que nos brinda la zona son casi infinitas): Innsbruck, el glaciar Stubai, Kitzbühel, la carretera Glossglockner y las cataratas Krimml. ¿Te apetece la ruta?

Innsbruck es la capital del Tirol. Se trata de una preciosa ciudad cuyo origen se remonta al siglo XII. Un paseo por su casco medieval sirve para tomar el pulso a la localidad: las recoletas casas con sus vistosas fachadas, museos de la más variada índole, cervecerías y bares nocturnos (es un lugar con un gran ambiente tanto en invierno como en verano)… todo ello bañado por las riberas del río Inn.
Y por supuesto están sus magníficos edificios monumentales, con el Hofburg (Palacio Imperial), la Hofkirche (Iglesia Imperial) y el Schloss Ambras (un antiguo castillo transformado en palacio por el archiduque Fernando II en el siglo XVI) a la cabeza. Los interesados por conocer cómo era la vida de los tiroleses siglos atrás tienen la ocasión de adentrarse en el Volkskunst Museum y en el Tiroler Landesmuseum Ferdinandeum, cada uno en su estilo; y quienes deseen contemplar unas asombrosas vistas aéreas de la ciudad tienen a su disposición un funicular que les sube a lo alto del gran trampolín de salto de esquí de Bergisel ( debe recordarse que la ciudad ha sido sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en dos ocasiones).

Del ajetreo de las calles de Innsbruck pasamos a la tranquilidad del glaciar Stubai, situado a tan solo 40 kilómetros de la capital. Nos encontramos ante un entorno paradisíaco, rodeado de montañas y una red de senderos para pequeñas excursiones de un día, donde es posible esquiar con toda garantía incluso en pleno verano (generalmente a partir de la cota por encima de 3.000 metros).

Así nos adentramos en Kitzbühel, una de las perlas del Tirol, la ciudad donde convive el lujo extremo con un maravilloso centro medieval que parece sacado de una postal, con pequeñas viviendas de una planta, museos, iglesias, cuidadas tiendas que invitan a perderse en sus anaqueles bruñidos… En verano hay miles de senderos que salen desde el centro de la villa en todas direcciones y que pueden ser recorridos a pie o en bicicleta.
Y en invierno… para muchos especialistas en torno a Kitzbühel se encuentran las mejores estaciones de esquí de todo el Tirol (y esto ya es mucho decir en un entorno de tal nivel) gracias a la portentosa combinación entre pistas de nivel intermedio y pistas negras (sólo aptas para los más expertos y osados). Baja con nosotros por una de estas pistas y vas a comprender mejor de qué estamos hablando.

Estamos llegando a los dos últimos puntos de nuestro recorrido, ambos situados al pie del Tirol. El primero de ellos es la fabulosa carretera del monte Glossglockner, ubicada en el Parque Nacional de Hohe Tauern. Se trata de una verdadera hazaña de la ingeniería realizada en torno a 1930 en cuya construcción participaron 3.000 personas durante cinco años.
La carretera tiene algo más de 40 kilómetros y discurre por lagos de aguas cristalinas, praderas alpinas, bosques de coníferas, espectaculares miradores con vistas a montañas de más de 3.000 metros… todo ello en medio de fuertes pendientes y curvas cerradas. Hay quien es capaz de hacer el recorrido en bicicleta pero para el resto de los mortales el vehículo a motor es la mejor alternativa (eso sí, hay que pagar peaje para acceder a la carretera).

Y como colofón de este recorrido se encuentran las famosas cataratas Krimml, muy cerca de la localidad de Zell am See. Contemplamos extasiados la cascada más alta de toda Europa, con una caída de 380 metros, insertada en un denso bosque de pinos. La subida completa a pie implica entre dos y tres horas aunque hay alguno atajos que los visitantes menos en forma (o con más sentido común) no dudan en utilizar. Al final de la subida aparece un maravilloso valle con extensas praderas donde es posible encontrar apacibles herbívoros degustando la suculenta hierba de la zona. Así suenan y se ven las Krimml.
Diseminadas por todo el Tirol se reparten tabernas y posadas donde comer bien por un precio asequible; también hay una completa red de establecimientos para pernoctar, de todas las categorías y precios (aunque en la temporada alta de esquí los costes de cualquier alojamiento se incrementan de manera significativa). Uno de los platos típicos es el contundente gröstl (compuesto por patatas con beicon coronadas por un huevo frito).
Si vas a ir por el Tirol te recomendamos algunas direcciones web que pueden ser de particular interés: Oficina Nacional de Turismo de Austria, Oficina Regional de Turismo de Tirol (en alemán), Parque Nacional de Hohe Tauern (en inglés) y Oficina de Turismo de Innsbruck.
¿Has estado alguna vez en el Tirol? ¿Hay algún lugar que te gustó de manera especial y que no hemos comentado aquí?