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Existen otros James Joyce, además del Ulises: Dublineses

Dublineses de James Joyce
Ulises Editorial Bruguera
Ulises en la Editorial Bruguera

Nuestro amigo José Luis, irlandés por vocación y responsable de Irlanda por tu Cuenta,  nos preguntó hace unos días si habíamos leído el Ulises, la obra maestra de James Joyce, publicada en 1.922, libro que despierta pasiones encontradas.

Brevemente, la novela narra un día – entre las 8 de la mañana y las primeras horas de la madrugada  del 16 de junio de 1904- en las vida de los tres personajes principales: Stephen Dedalus, joven aspirante a escritor (el alter ego del Joyce joven); Leopold Bloom, agente publicitario (el alter ego de Joyce adulto); y Molly, su mujer, cantante profesional. El 16 de junio de 1904 resulta un homenaje a la  fecha en la que Joyce dio su primer paseo por Dublín con Nora Barnacle, su futura esposa.

El Bloomsday de Los Simpson
El Bloomsday de Los Simpson

 

 

Desde el año 1954, los fervientes admiradores del Ulises recuerdan los avatares de su protagonista Leopold Bloom por las calles de Dublín con la celebración del Bloomsday.  Acontecimiento en el que no sólo se involucran los dublineses, sino que también también acuden ciudadanos de todo el mundo y también se recrea en cualquier parte del mundo. Ni los Simpson se han resistido a esta particular conmemoración. El origen de dicha conmemoración está magníficamente explicado en el blog Innisfree .

Dublineses
Dublineses

Pero si no se ha conseguido terminar el libro, o si una vez terminada su lectura, el lector no ha logrado emocionarse con los avatares de los protagonistas, quizá la lectura de  Dublineses, una colección de relatos que Joyce escribió como un crisol de la sociedad dublinesa de los años 20, le reconcilie con su poética.

El último relato, “Los muertos”, fue convertido por el cineasta John Huston en su testamento cinematográfico, el cual logró terminar tras un rodaje casi agónico postrado en una cama a causa del enfisema pulmonar que padecía. De hecho su hijo Toni Huston, que participaba como guionista, le ayudó a finalizar la película.  En ella un hombre va con su esposa (Anjelica Huston, la propia hija del director) a la celebración de la fiesta de Epifanía  en la casa de sus tías. Una canción que escucha en la velada, The lass of Aughrim, ha reavivado un recuerdo y el dolor derivado de él. La fiesta se extiende hasta el amanecer y cuando ellos vuelven al hotel en el que se hospedan, ella le revela que estuvo enamorada de un joven poeta que murió de amor por ella y lamenta que este suceso le haya impedido ser feliz y hacer felices a los demás. Luego, cuando ella ya duerme, a él se le agolpan las emociones y reflexiona sobre aquel amor y el suyo, sobre aquella joven –su mujer- que ha experimentado ese amor de juventud y sobre ellos dos, cuyas vidas languidecen, y de alguna manera reverdece el amor que siente hacia ella. Así de emocionantes son estos cuatro minutos y medio.

El relato concluye con uno de los párrafos más líricos  que se han escrito nunca:

“Leves toques en el vidrio lo hicieron volverse hacia la ventana. De nuevo nevaba. Soñoliento, vio cómo los copos, de plata y de sombras, caían oblicuos hacia las luces. Había llegado la hora de variar su rumbo al Poniente. Sí, los diarios estaban en lo cierto: nevaba en toda Irlanda. Caía nieve en cada zona de la oscura planicie central y en las colinas calvas, caía suave sobre el mégano de Allen y, más al Oeste, suave caía sobre las sombrías, sediciosas aguas de Shannon. Caía así en todo el desolado cementerio de la loma donde yacía Michael Furey, muerto. Reposaba, espesa, al azar, sobre una cruz corva y sobre una losa, sobre las lanzas de la cancela y sobre las espinas yermas. Su alma caía lenta en la duermevela al oír caer la nieve leve sobre el universo y caer leve la nieve, como el descenso de su último ocaso, sobre todos los vivos y sobre los muertos.”

Y si la figura del escritor te ha inspirado curiosidad, puedes aproximarte a su biografía de un modo alternativo. A través del comic Dublinés de Alfonso Zapico, obra por la que recibió el Premio Nacional del Cómic 2012, promovido por el Ministerio de Cultura.

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