Ignacio Pinazo constituye una de las cimas del impresionismo español de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Su nombre y obra, quizá eclipsados por otros pintores, cuentan con relevancia propia que examinamos a continuación desde Cincuentopía.
Ignacio Pinazo Camarlench (1849-1916) tuvo una infancia difícil: de familia humilde, desde niño se vio obligado a contribuir al sostenimiento del hogar, lo que se acrecentó con la pérdida de sus progenitores antes de cumplir los quince años. En esos primeros momentos ejerció profesiones como platero, decorador de azulejos, pintor de abanicos, sombrerero…
Su verdadera formación artística comienza cuando ya ha cumplido los veinte años. En 1871 presenta obras a la Exposición Nacional de Bellas Artes y apenas dos años después viaja a Roma gracias a la venta de uno de sus cuadros (años después realizaría un segundo viaje aunque ya con una beca).
Aunque los primeros cuadros de Ignacio Picazo son de corte academicista bien pronto comienza una línea pictórica propia que enraíza con el impresionismo, donde abundan los temas familiares y las escenas de la vida cotidiana, con un particular énfasis en la definición del espacio mediante el tratamiento del color y de los juegos de luces y sombras.
Los años finales del siglo XIX constituyen su consolidación profesional. Enseña en la Escuela de Valencia, recibe numerosos encargos de la aristocracia valenciana, ingresa como académico en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, obtiene numerosos galardones en diferentes certámenes, realiza los retratos oficiales de destacados políticos de la época e incluso uno del por entonces joven rey Alfonso XIII.
Los inicios del siglo XX le siguen siendo igual de propicios: en 1903 es nombrado académico de San Fernando, posteriormente recibe una medalla real y la ciudad de Valencia le dedica una calle.
Con motivo de la conmemoración del primer centenario de su fallecimiento, el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) ha organizado la exposición titulada “Ignacio Pinazo y las vanguardias. Afinidades electivas”. Esta exposición discurre entre el 8 de septiembre de 2016 y el 17 de septiembre de 2017 y sobre ella informamos en Cincuentopía. Del propio canal que el IVAM tiene en YouTube hemos extraído este vídeo sobre dicho evento.
En la actualidad la obra de Ignacio Pinazo está presente en pinacotecas de toda España. Por su cantidad destacan el IVAM de Valencia, que cuenta con la mayor colección del pintor con más de cien cuadros y alrededor de seiscientos dibujos, así como el Museo del Prado de Madrid, que posee varias docenas, y el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias, que conserva casi treinta de sus obras entre pinturas y dibujos. También pueden verse muestras de su arte en el Museo Nacional de Arte de Cataluña y la Basílica de la Asunción de Cieza.
Por el contrario, su obra apenas traspasó las barreras nacionales, por distintas circunstancias que tienen poco que ver con la innegable calidad de su producción pictórica.
Ignacio Pinazo ha pasado a la historia como un pintor de singular virtuosismo, capaz de reflejar un universo creativo tan rico como matizado mediante pinceladas rápidas, al que su trabajo en diferentes oficios durante su niñez y juventud probablemente le familiarizó con su particular manejo de formas y materiales. Desde el naturalismo llega al impresionismo, del que se convierte en uno de sus más destacados representantes en España.
¿Conocías con anterioridad la obra de Ignacio Pinazo? De ser así, ¿tienes algún cuadro favorito del pintor valenciano?
[author] [author_image timthumb=’on’]https://cincuentopia.com/wp-content/uploads/2015/06/logo-google-.jpg[/author_image] [author_info]Cincuentopía«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».
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