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Jean Vigo, mito del cine francés

Jean Vigo fue un director que sin haber llegado a cumplir los treinta años está considerado como una de las mayores influencias del cine contemporáneo, hasta el punto de ser considerado un verdadero mito del cine francés. En Cincuentopía nos adentramos en su (corta) trayectoria y en su desgraciada biografía.

Jean Vigo (1905-1934) era hijo de un militante anarquista español, quien se suicidó en la prisión donde había sido encarcelado cuando el futuro cineasta apenas contaba con doce años de edad. Esta circunstancia, ampliamente difundida en la prensa del momento, motivó que durante un tiempo adoptara el nombre supuesto de Jean Sales. Su frágil salud le obliga a ser internado en sanatorios con relativa frecuencia.

La primera película de Jean Vigo es el mediometraje mudo À propos de Nice (1930), una sátira feroz sobre las desigualdades sociales de finales de los años veinte. Ese mismo año crea un cine-club, llamado Les Amis du Cinéma, donde intenta programar un cine diferente al que por entonces se veía en la ciudad, una iniciativa que no fue bien acogida en determinados ámbitos.

Al año siguiente dirige Taris, roi de l’eau, un documental de menos de diez minutos sobre el campeón de natación Jean Taris, en el que destacan de manera particularmente relevante por su belleza y complejidad las tomas realizadas bajo el agua.

Dos años después tiene lugar el rodaje de Zéro de conduite, basada en su propia experiencia como alumno de un internado. Se trata del filme que le consagra como una formidable referencia. En sus apenas 45 minutos de metraje narra la insurrección de los estudiante de un internado contra sus estrictos profesores. Considerada antipatriótica, la película estuvo prohibida en Francia hasta la conclusión de la Segunda Guerra Mundial.

En 1934 Jean Vigo dirige L’Atalante, su único largometraje. Se trata de una obra maestra que narra la historia de amor entre un joven marinero sin objetivos y su joven esposa. La acción transcurre en un pequeño carguero donde la pareja recién casada se ve obligada a convivir con un viejo piloto.

Ese mismo año Jean Vigo fallece como consecuencia de una tuberculosis apenas tres semanas después del estreno de su último filme (mutilado y desvirtuado por la productora). Su cuerpo fue enterrado en el cementerio de Bagneux de París.

Tras unos años de olvido, poco a poco su legado es recuperado por las nuevas generaciones de cineastas. En 1951 Francia crea en su honor el Premio Jean Vigo, dirigido fundamentalmente a jóvenes realizadores. En 1959 François Truffaut le rinde homenaje en su película Los 400 golpes, copiando una de sus escenas más conocidas en la que los escolares recorren un parque de atracciones de París.

Pese a lo prematuro de su desaparición Jean Vigo es hoy en día reconocido, de manera casi unánime, como uno de los emblemas de la industria cinematográfica de más alta calidad, un mito del cine francés. Su influencia va más allá del cine francés, extendiéndose a cineastas europeos, norteamericanos y asiáticos.

El escaso trabajo de Jean Vigo puede hoy verse online. Indicamos a los seguidores de Cincuentopía unos cuantos enlaces con todos sus filmes: À propos de Nice, Taris, roi de l’eau, Zéro de conduite y L’Atalante.

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«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».

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