Legendaria Mantua (o Mantova), la ciudad de Rigoletto.
Y ello porque en el imaginario colectivo, la ciudad está indisolublemente asociada a uno de los personajes de la ópera Rigoletto, el célebre duque de Mantua, intérprete de una de las más famosas arias de Verdi “La donna è mobile”, aquella en la que reflexiona sobre “el eterno femenino”.
En esta versión de 1982 grabada por Deutsche Grammophon, el duque de Mantua está interpretado por Luciano Pavarotti, bajo la batuta de Riccardo Chailly que dirigía a la Filarmónica de Viena.
Gracias a la censura, el duque de Mantua sustituyó a Francisco I de Francia para representar al depravado personaje. En 1851 el teatro de La Fenice invitó a Verdi –que ya gozaba de cierto prestigio- a componer una ópera que sería estrenada en el célebre teatro. Para el libreto Verdi eligió Le Roi s’amuse (El rey se divierte), obra dramática del escritor Víctor Hugo. En la obra su protagonista el rey Francisco I de Francia es representado como un seductor cínico e inmoral. Esta zona de Italia estaba todavía bajo el dominio del Imperio Austrohúngaro y la visión que ofrecía de la monarquía no era del agrado de los censores. La solución fue trasladar la Corte de Francia a un ducado de Italia y cambiar los nombres de los protagonistas. En la versión operística el duque gobierna Mantua y pertenece a la familia Gonzaga. Puesto que los Gonzaga se habían extinguido y el Ducado de Mantua ya no existía –gobernó en Mantua hasta 1707-, no se podía ofender a nadie. También se suprimió la escena en la que el rey se retira a la habitación de Gilda, la hija de Rigoletto. La visita del duque a la taberna vendría motivada por un truco. El bufón jorobado (originalmente, Triboulet) pasó a llamarse Rigoletto (del francés rigolo = divertido). Lo que llevó también a cambiar el nombre de la obra.
El primer duque de Mantua, Federico II Gonzaga, -Carlos I de España convirtió el marquesado en ducado- fue un gran mecenas de las artes en la Italia renacentista. Fue protector de Tiziano, quien lo retrató en diversas ocasiones. Se puede contemplar en el Museo del Prado un retrato de Federico II Gonzaga, duque de Mantua, pintado por Tiziano hacia 1525.
Una de las bellezas que se puede contemplar en Mantua, gracias a Federico II Gonzaga, es el Palacio del Té, mandado construir por Federico II a Giulio Romano como residencia veraniega en las afueras de Mantua. Hoy en día, es la sede del Museo Civico de Mantua , y del Centro Internacional de Arte y cultura, que organiza a su interior varias exhibiciones de arte antiguo y moderno. No recibe su nombre de la infusión, sino que proviene de la disposición geográfica de Mantua en el siglo XV.
Mantua se dividía en unos espacios determinados por los lagos que conforma el Rio Mincio, creando una suerte de islas. En la isla más pequeña conocida Tejeto y abreviada en TE, se erigió el palacio. Se barajan otros posibles orígenes: podría derivar de Tilietum (que significa lugar de los tilos) o de teza ( antigua palabra que significaba marquesina), recordando las sencillas casas que antes se encontraban en la zona.
El Palacio no estaba destinado a residencia, sino a lugar de diversión. Era un espacio diáfano, de planta cuadrada, a un solo nivel y con un jardín interior cuadrado en el centro y fue decorado con frescos que permanecen actualmente. Los temas van desde los banquetes del Olimpo en la Sala di Psiche y los estilizados caballos en la Sala di Cavalli, a los más inusuales de todos, gigantes y grotescos causando el caos, furia y ruina alrededor de las paredes de la Sala dei Giganti. Información extarida del Blog Arte y Arquitectura.
La legendaria Mantua se encuentra a las afueras de la ciudad, a unos 20 o 30 minutos del Palacio Ducal, reconstruido también por Giulio Romano (como también la catedral).
Mantua es una pequeña localidad de Lombardía, alejada de la vorágine de otras ciudades más turísticas. Está ubicada entre el Véneto y la Emilia Romagna, con los ríos Mincio, Po y Oglio que la atraviesan y próxima al Lago de Garda. Su estructura urbana está organizada en torno a varias plazas. Las más conocidas son la Plaza Sordello, la gran plaza central, de dimensiones excepcionales (150 x 60 metros), que constituía el antiguo centro de la vida política y artística. Acoge los principales edificios monumentales de Mantua, como el Palacio Ducal (en algunas de sus partes, el Palacio del Capitán y la Magna Domus), Palacio Acerbi con la Torre de la Gabbia, Palacio Bonacolsi, además del duomo de la ciudad.
La Plaza Broletto alberga edificios pertenecientes a la época del Comune Medievale, como el Palacio del Massaro y el Palacio del Podestà (también llamado Palacio del Broletto), con la Torre Comunal.
La Plaza de las Hierbas era la plaza del mercado, el centro de los intercambios comerciales. Entre otros edificios, están ubicados en la plaza la iglesia conocida como “Rotonda di San Lorenzo”, además del Palacio de la Razón con la Torre del Reloj.
El Palacio Ducal era la residencia de los Duques de Mantua. Más que un palacio, era una ciudad-palacio, una arquitectura cuya imagen defensiva y militar se funde con el núcleo civil de la ciudad como era la tendencia imperante en el momento. Rimini, Urbino, Pienza poseen conjuntos arquitectónicos similares. El de Mantua es uno de los más extensos de Europa
Empezó a construirse antes de la llegada de la familia Gonzaga al poder, aunque conoció su época de máximo esplendor bajo la égida de esta familia. Con la decadencia se fueron desprendiendo del rico patrimonio que había atesorado. En el Museo del Prado se conservan La muerte de la Virgen de Mantegna y La Sagrada Familia con San Juanito también conocida como La Perla de Rafael Sanzio.
Aunque el conjunto del palacio merece una visita, por su abrumadora magnitud se corre el peligro de dejar de ver maravillas como la célebre Camera degli Sposi (también llamada Camera picta) ubicada en el Castillo de San Jorge. Estos frescos fueron realizados por Andrea Mantegna y dedicados a Ludovico III Gonzaga y su mujer Bárbara de Brandeburgo. Además, hay una serie de frescos de Pisanello sobre la leyenda del rey Arturo y un retrato de la familia ducal, hecho por Rubens, en el Salone degli Arcieri.
Como recoge Pedro Jesús Fernández, en un artículo del diario El País, incide en la iluminación de la habitación. Dice de ella que es sutil, resalta la volumetría de los personajes, consigue que parezcan suspendidos en sus propios movimientos. Al detenerte en los detalles se diría que los rostros y las joyas están modelados con un material dotado de luz propia. Mantegna pintó sus figuras para que se contemplaran, como dicen en Italia, sotto in sú, de abajo arriba. Con ello se acentúa la nobleza de lo representado y se obtiene una visión en profundidad de las bóvedas y del paisaje. Hasta Orson Welles nadie supo desarrollar esta idea.
Otro lugar destacado son las “Catacumbas en corte” están ubicadas en la Domus Nova. Hasta que un estudioso descubrió que el lugar era sólo una representación en escala reducida de la Escalera Sagrada de San Giovanni en Laterano en Roma, fue llamado el Piso de los enanos ya que por las reducidas dimensiones de la pieza se pensaba que era el alojamiento de los enanos de la corte.
El Palazzo del Podestà (Palacio del Alcalde) o Palacio del Broletto fue el centro administrativo de la alcaldía de Mantua, tuvo diversos usos incluso como prisión.
El Palacio de la Razón fue edificado en la época de la Comune Medievale, albergaba las reuniones municipales. En la planta baja albergaba varias tiendas. En el gran salón de la planta superior se administraba justicia. En la actualidad, es una sala de exposiciones municipal.
Casa del Mantegna, el pintor Andrea Mantegna fue nombrado pintor de corte por Ludovico Gonzaga en 1457.
Casa de Rigoletto. Aunque se dice que en este edificio es la casa de Rigoletto, se contradice con la realidad del personaje, debido a que fue un recurso literario para eludir la censura.
Otros palacios importantes son el Palacio de San Sebastián, el Palacio De Arco, la Casa de Giulio Romano, el Palacio Canossa y el Palacio Sordi.
Nuestro recorrido puede completarse con las diversas torres y los puentes que jalonan la ciudad. De entre ellas destacamos la Torre de la Gabbia que se utilizaba como prisión al aire abierto y la Torre del Reloj). Entre los puentes, destacan el Puente de los Mulinos y el Puente de San Jorge).
Entre las numerosas iglesias de la ciudad no puedes dejar de ver:
La Catedral de San Pedro (el Duomo), ubicada en la Plaza Sordello, fue construida a principios del siglo XV en estilo románico. Es la sede episcopal de Mantua. Bajo el altar mayor se conserva el cuerpo incorrupto de San Anselmo de Baggio, el patrón de la ciudad.
La Basílica de San Andrea. Basada en un proyecto del gran arquitecto renacentista Leon Battista Alberti, vinculado a otros edificios de Mantua. En la cripta la reliquia de la Preciosa Sangre de Cristo, en los llamados Vasos Sagrados y que fue llevada a Mantua por el centurión romano Longino. En una de las capillas de la iglesia, se encuentra el monumento funerario de Andrea Mantegna, el gran pintor de la corte de los Gonzaga.
La Rotonda de San Lorenzo, construida en el siglo XI es la iglesia más antigua de la ciudad. Está ubicada en la Plaza de las Hierbas, a un nivel inferior respecto al resto de la plaza. Su particularidad es su planta redonda, de la que recibe su nombre.
Iglesia de Santa Maria del Gradaro: De estilo románico-gótico fue erigida donde según la tradición, fue martirizado el centurión Longino.
Otras iglesias conocidas de la ciudad son : el Templo de San Sebastián, la iglesia de San Barnaba, la de San Francisco, la de Santa Maria de la Victoria, la de San Mauricio y la de San Martín .
Para delicia de los sentidos la legendaria Mantua es real, tan real que en 2016 es la capital italiana de la cultura.
Foto portada: Vista del lago Andrea Lodi Vía Flickr
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Cincuentopía
«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce». [/author_info] [/author]