LAS INUNDACIONES DE LA RÁBITA EN 1973 (WIKIPEDIA)
Las inundaciones ocurridas en octubre de 1973 pueden considerarse como las más importantes del siglo XX. Entre los días 17 y 19 de octubre se produjeron riadas catastróficas en el sureste de la Península Ibérica, que afectaron a las provincias de Granada, Murcia y Almería. Afectando de forma muy intensa al municipio de Albuñol y con unas consecuencias muy dramáticas para el costero núcleo de La Rábita.
Estas riadas tuvieron su causa en las intensas precipitaciones que originó una gota fría localizada en el borde mediterráneo suroriental. En algunos lugares la precipitación registrada superó los 600 l/m², con valores máximos localizados sobre la Sierra de la Contraviesa. En zonas como la cabecera del río Adra, la Sierra de Orce y el este de Iznalloz se recogieron entre 200 y 250 l/m².
En La Rábita aquella trágica noche tuvo lugar el taponamiento del puente, tramo de la N-340, que pasaba justo por encima del núcleo urbano. De forma que se originó una gran presa que contenía toneladas de agua, grava, fangos y multitud de restos que se habían arrastrado desde cuenca arriba. Los muros de contención que se situaban en el borde de la rambla junto al pueblo de La Rábita se rompieron debido a la presión de agua, lo que hizo que toda el agua acumulada y las toneladas de sedimento se desviaran hacia el pueblo arrasando todas las viviendas que encontraron a su paso. En el pueblo se dice que las olas de agua y fango podían medir perfectamente tres o cuatro metros de altura, convirtiéndose en la catástrofe más recordada y mencionada por los lugareños hasta la fecha. La riada afectó a 101 viviendas, de las cuales destruyó 74 llevándose la vida de más de medio centenar de personas. Una historia muy famosa en el pueblo y alrededores es la de una anciana y su marido que vivían en una casa al lado del cauce de la rambla. Se cuenta que la inundación se llevó toda la casa excepto un rincón de la 1ª planta donde había una silla en la que la anciana estaba sentada con su marido detrás. Este hecho conmovió a los vecinos y vecinas, ya que este hecho pudo ser causa de un «milagro».