Bajo el lema “Somos la ciudad” Leipzig, la segunda ciudad más importante de Sajonia después de Dresde, celebra sus primeros 1.000 años de existencia.
El antiguo asentamiento eslavo con el nombre de Lipsk, se menciona por primera vez en las crónicas del obispo Thietmar de Merseburg del año 1015. Este fue el inicio de la fascinante historia de una ciudad rica en acontecimientos.
La ciudad se convierte en el eje central del intercambio comercial entre todas las ciudades alemanas y países como Inglaterra, Francia, Italia y Holanda. En 1.481 se imprime en Leipzig el primer libro y en 1.650 se publica el primer diario del mundo. Debido al nivel alcanzado en la industria de la tipografía a principios del siglo XVIII, pasa a ser conocida como La Ciudad del Libro.
Por su situación estratégica, la ciudad fue ocupada y atacada en varias ocasiones. Del 16 al 19 de octubre de 1813 tuvo lugar la batalla de Leipzig, también llamada la batalla de las Naciones. Fue el mayor enfrentamiento armado de todas las Guerras Napoleónicas y la batalla más importante que perdió Napoleón Bonaparte por el revés que supuso en su política de anexión territorial. A resultas del enfrentamiento Leipzig quedó semidestruida. Más tarde, en la Primera Guerra Mundial sufrió daños irreparables y en la Segunda Guerra fue destrozada casi irreversiblemente.
En el pasado siglo XX los acontecimientos que arrancaron el 9 de octubre de 1989 le supusieron la denominación de ciudad heróica tras la caída del muro. Más de 70.000 ciudadanos iniciaron la Revolución Pacífica (las manifestaciones de los lunes) con una protesta en el Leipziger Ring (el cinturón del centro de la ciudad) exigiendo libertad y democracia. Las marchas y coros se originaron a partir de las misas y manifestaciones que se organizaron dentro y fuera de la iglesia de San Nicolás –la más antigua de la ciudad-, en el centro de la ciudad, debido a que una de las centrales más infames de la Stasi tenía aquí su sede, en la denominada «Haus zur runden Ecke» (casa de la esquina redondeada). Llegaron a reunirse más de 300.000 personas en una ciudad de 500.000 habitantes. Estas marchas se expandieron al resto de Alemania, desembocando el 9 de noviembre en la caída del muro de Berlín y en la Reunificación Alemana en 1990. Para este año 2015, Leipzig celebrará de nuevo una gran fiesta ciudadana para recordar la protesta en masa y se organizarán numerosos actos.
Con el tiempo había perdido algo de pujanza pero, en la actualidad siguiendo la estela de Berlín, la recuperación de la Hilandería de Algodón (Spinnerei) la ha convertido en el buque insignia de la renovación. Alberga 100 estudios de artistas, once galerías, talleres, arquitectos, diseñadores, creadores de joyas y moda, un centro internacional de baile y coreografía, amen de Escuela de Pintura de Leipzig en torno al pintor Neo Rauch.
Pero si algo se ha mantenido invariablemente en el tiempo a pesar de los acontecimientos anteriormente descritos, es la gran tradición musical de la ciudad. El impresionante Museo de Instrumentos Musicales, que alberga una de las colecciones más importantes del mundo de estas características, muestra una profunda y detallada perspectiva de la historia musical de la ciudad, en la que influyó la fundación en 1409 de la Universidad de Leipzig, la universidad alemana más antigua. Insignes músicos como Juan Sebastian Bach –que cuenta con un museo en la ciudad-, que vivió toda su vida en Leipzig junto con su familia y está enterrado en la Iglesia de Santo Tomás, de cuyo coro fue famoso cantor y en la que predicó Lutero. Dicho Coro data de 1.254 y es uno de los coros infantiles más antiguos del mundo. Del 12 al 21 de junio se celebra en Leipzig el festival de Bach. El Coro de Santo Tomás también acompaña las actividades del tradicional Mercadillo de Navidad, que se celebra del 24 de noviembre al 23 de diciembre.
Los que sí son hijos de Leipzig son Richard Wagner y Robert Schumann, al que también se le dedica un evento musical, la Semana del Festival de Schumann organizado en torno al aniversario de boda de Robert y Clara Wieck, quienes estudiaron en dicho Conservatorio y se convirtieron en la pareja de moda de sus coetáneos. Tanto la Universidad como el Conservatorio contribuyeron a que en torno a la ciudad comenzara a cimentarse una de las tradiciones musicales, culturales y literarias más amplias de Alemania y que atrajeran a ilustres músicos como Félix Mendelssohn, fundador del primer y prestigioso conservatorio alemán en 1.843 –que también cuenta con una Casa-Museo y un festival anual del 18 al 27 de septiembre a su nombre- o a literatos y pensadores como Goethe que estudió en Leipzig, a la que llamaba su Pequeña París y donde también tenía su taberna favorita, el Auerbachs Keller , en la que todavía se puede degustar algún vino de la zona.
Una verdadera confluencia planetaria en torno a Leipzig: El sueño de una noche de verano de Shakespeare, con música de Mendelssohn y coreografía de George Balanchine.
La música también reina en la sala de conciertos Gewandhaus, que alberga la orquesta homónima fundada en 1743, en la que fue director Mendelssohn y que también fue dirigida durante largo tiempo por Kurt Mansur, rostro visible de la revolución pacífica (en 2004, dedicado a la memoria de las víctimas de los atentados del 11 M, dirigió a los solistas de la Orquesta Nacional de Francia y los músicos del Conservatorio de París interpretaron La Pasión según San Mateo, de Juan Sebastián Bach, en retransmisión conjunta desde la Casa de Radio Francia con Radio Clásica RNE). La sala cuenta con un órgano con 6.638 tubos que proporcionan un sonido impresionante. Tenemos una cita con el café en una de las cafeterías más antiguas de Europa, Zum Arabischen Coffe Baum, que desde 1711 congrega a intelectuales y grandes personalidades. Bach, Schumann, Liszt, Grieg, Wagner, Goethe, Lessig, Augusto el Fuerte y el mismísimo Napoleón frecuentaron el lugar. El tercer piso del establecimiento se ha convertido en café-museo con más de 500 artículos expuestos en 15 salas sobre la historia de 300 años de antigüedad de la cultura sajona del café.
El Museo de Artes Aplicadas Grassi, el Foro Histórico, la Feria Comercial, el Museo de la Stasi, el Zoo de Leipzig – con un curioso recorrido por la historia de la geología, cuando el supercontinente Gondwana reinaba sobre el hemisferio antártico- y si llegamos antes del 25 de mayo, podremos visitar el museo de Bellas Artes de Leipzig que alberga la exposición Paul Klee. Special Class – Not for Sale en el museo de Bellas Artes. La denominación Special Class. Not for Sale se utilizó para preservar del mercado más de 300 de sus obras originales para su colección legada. Por primera vez, más de 100 de estas obras se mostrarán en Leipzig.
Un relajante recorrido por uno de sus canales o por los verdes alrededores ayudarán a reunir fuerzas para continuar con la visita.
¿A qué estamos esperando para ir a Leipzig?