Superproducción española que reconstruye uno de los episodios más dramáticos de la historia de España. La epopeya de los Últimos de Filipinas
Los Últimos de Filipinas. La primera versión cinematográfica.
En 1945, Antonio Román dirigió una versión protagonizada por Amando Calvo, José Nieto, Guillermo Marín, Manuel Morán y el internacional Fernando Rey que contaba la extraordinaria odisea sufrida por un grupo de soldados en una de las islas del archipiélago de la Filipinas, en el Pacífico.
Los Últimos de Filipinas. La segunda versión cinematográfica.
Ahora, en 2016, aparece una nueva adaptación a la gran pantalla, dirigida por Salvador Calvo, que hasta ahora se dedicaba a la realización en televisión, dirigiendo entre otras la miniserie de 3 episodios «Los Nuestros». «1898, Los Últimos de Filipinas», con guión de Alejandro Hernández (Premio Goya por Todas la Mujeres, 2013), queda muy lejos de la cinta de 1945. Tan solo comparte con ella el famoso tema «Yo te diré», que suena prácticamente durante toda la película (cantado por la única mujer del reparto, la modelo y actriz Alexandra Masangkay).
La melodía se pasea por la #Historia en forma de pesadilla. El reparto está formado, entre otros, por los veteranos Luis Tosar, Javier Gutiérrez, Karra Elejalde, Carlos Hipólito y los jóvenes Patrick Criado, Álvaro Cervantes y Miguel Herrán.
Los Últimos de Filipinas. Los hechos.
En 1898, 57 soldados españoles harapientos, débiles y enfermos por inanición, defendieron en 1898 el último territorio de España en las Filipinas: una pequeña iglesia en Baler (a 200 kilómetros de Manila) donde resistieron durante 337 días, esperando la llegada de unos refuerzos, que nunca llegaron.
Durante el casi un año de resistencia, no admitieron nunca la derrota de España. El imperio español en el que «nunca se ponía el sol» estaba prácticamente liquidado. De aquel imperio tan solo quedaban, además de Filipinas, Cuba y Puerto Rico.
Los Últimos de Filipinas. Un tratado de paz que no creyeron real.
Desde 1896, en Filipinas, los militares españoles libraban una lucha a machete y fusil para sofocar una revuelta. Finalmente, la metrópoli firmó un tratado de paz con los líderes de la revuelta que pacificó la zona. La firma de este tratado les fue comunicada a los soldados de la iglesia de Baler, pero no lo creyeron.
Unos pocos días antes de intentar escabullirse a través de un bosque cercano, abrieron la puerta de la iglesia y encontraron un montón de periódicos con la noticia de la rendición, de los que sospecharon, pero entre ellos encontraron un ejemplar del diario español «El Imparcial».
Tras cerciorarse por el rotativo de que la derrota era real, el 2 de junio de 1898 arriaron la bandera y abandonaron la iglesia dejando tras de si a los compañeros caídos. Por esta historia de resistencia y obstinación, fueron conocidos en la Historia como los últimos de Filipinas.
Los Últimos de Filipinas. Volviendo al cine.
Si la cinta de 1945, era patriótica, esta de 2016 es una nueva mirada a los hechos que reconstruye con tremendo realismo lo que debió de ser el infierno vivido por esos hombres. Enfermedades, deserciones, traiciones, miseria, abusos de poder y locura están en la película, algo inimaginable en la primera. En esta no hay héroes.
[author] [author_image timthumb=’on’]https://cincuentopia.com/wp-content/uploads/2013/12/Juanjo-Ortiz.jpg[/author_image] [author_info]Juanjo Ortiz. Historiador.Apasionado por la historia militar y especialmente por la II Guerra
Mundial.[/author_info] [/author]