Continuamos recorriendo los lugares teresianos y hoy nos detendremos en Alba de Tormes, el lugar en que falleció Teresa de Jesús y final de la ruta principal, que une Ávila y Alba de Tormes, que recibe el nombre “De la Cuna al Sepulcro”.
Alba de Tormes pertenece a la provincia de Salamanca y se encuentra situada a 20 kms. de la ciudad de del mismo nombre. Es una antigua villa medieval cuyo nombre dio origen al de la Casa de Alba, siendo los Álvarez de Toledo el primer linaje de la misma.
En 1.429 el rey don Juan II de Castilla, en agradecimiento al apoyo en la guerra entre Castilla y Aragón cede la villa y tierra de Alba con el titulo de Señor a Gutierre Álvarez de Toledo, Obispo de Palencia y posteriormente Arzobispo de Sevilla y Toledo.
Gutierre Álvarez de Toledo cedió la villa a su sobrino Fernando Álvarez de Toledo, que se convirtió en el I Conde de Alba de Tormes cuando en 1439 le fue otorgado el título por el rey Juan II. Fue Adelantado de Cazorla, Copero mayor del rey y Capitán General de la frontera con los moros; estuvo preso, a causa de las guerras civiles de la época en las que tomó activa parte contra D. Álvaro de Luna, en el Castillo de Roa, de donde salió a la muerte de D. Juan II.
Casó con Mencía Carrillo Palomeque y le sucedió su hijo, García Álvarez de Toledo, que se convirtió en el I Duque de Alba – con los títulos anejos de Marqués de Coria y Conde de Salvatierra- otorgado en 1469 por Enrique IV, a quien auxilió con 500 lanzas y 1.000 infantes en uno de sus mayores apuros, y bajo cuyo mando y con título de Virrey de Castilla y León combatió a los moros granadinos.
De su matrimonio con María, hija del Almirante Fadrique Enríquez y de Teresa de Quiñones, tía de Fernando V el Católico, nació Fadrique Álvarez de Toledo, II Duque de Alba. Del matrimonio de su hijo, García Álvarez de Toledo y Zúñiga con Beatriz Pimentel y Pacheco, nació el III Duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, el conocido como Gran Duque de Alba y que todavía causa terror a los niños holandeses.
Arquetipo de la nobleza castellana, su dedicación a las armas se inició desde muy joven. A la edad de 6 años acompañó a su abuelo el Almirante Don Fadrique Enríquez en la toma de Navarra en 1.513. Su educación estuvo a cargo de Juan Boscán, que renovó la poesía castellana con la introducción del endecasílabo. Como embajador español en Italia, conoció a Garcilaso de la Vega, el caballero poeta , el cual también formó parte de la segunda corte que surgió en Alba en torno a los duques. Garcilaso dedicó unos versos en forma alegórica a la Casa de Alba, en la Égloga II, a través de Nemoroso:
En la ribera verde y deleitosa
del sacro Tormes, dulce y claro río,
hay una vega grande y espaciosa,
verde en el medio del invierno frío,
en el otoño verde y primavera,
verde en la fuerza del ardiente estío.
En 1531 sucedió a su abuelo en el ducado y acompañado de Garcilaso, entre otros, abandonó Alba de Tormes para unirse al emperador Carlos V en Bruselas. A partir de entonces comenzó una carrera política y militar que abarcó los reinados de Carlos I y Felipe II, en la que asumió todo tipo de cometidos, general de los ejércitos imperiales y españoles, virrey de Nápoles, gobernador de los Países Bajos y conquistador de Portugal. Quiso la casualidad que 1571, año que fallece en Lisboa el Gran Duque de Alba, también falleciera en Alba de Tormes Teresa de Jesús.
En 1571 Teresa de Jesús lleva a cabo su octava fundación en Alba de Tormes. Aunque no fue la Casa de Alba la que auspició su creación. En el capítulo 20 del Libro de las Fundaciones, la propia Teresa cuenta como Teresa de Layz, casada con Francisco Velázquez, matrimonio residente en Alba de Tormes, no tenía hijos. Se los pedía insistentemente a Dios, pero el Señor tenía otros planes. Ante la falta de hijos, deciden fundar un convento, a cuya sede destinaron su propia casa. Algo que agradeció Teresa de Jesús: Lo que les tuve en mucho: que dejaron su propia casa para darnos, y se fueron a otra harto ruin.
En 1582, a la edad de sesenta y siete años –ya estoy vieja como decía de sí misma, se propone acudir a Ávila para dar la profesión a su sobrina Teresita, pero el Padre Antonio de Jesús, vicario provincial, le ordena que vaya a Alba, porque la duquesa María de Toledo, tercera esposa del que será el IV duque de Alba, Fadrique Álvarez de Toledo esperaba un hijo y la reclamaba para acompañarla en el parto. Como quiera que el nacimiento se produjo antes de su llegada a Alba el 20 de septiembre, se dice que exclamó: “¡Bendito sea Dios que ya no será menester esta santa!”. El niño falleció prematuramente. Y el viaje resultó penoso. A los graves padecimientos causados por la enfermedad, se unió la penuria de recursos.
Ana de San Bartolomé, la lega que le hacía de enfermera desde que se cayó por una escalera en San José de Ávila y que tambié hacía las veces de secretaria, relata la llegada a Alba de Tormes. En este día llegamos a Alba, y tan mala nuestra Madre, que no estuvo para entretenerse con sus monjas. Dijo que se sentía tan quebrantada, que, a parecer no tenía hueso sano. Murió en brazos de Ana de San Bartolomé, que también relató los últimos momentos. Se rió y me mostró tanta gracia que me tomó en sus manos y puso en mis brazos su cabeza, y allí la tuve abrazada hasta expirar. Falleció el 4 de octubre, el mismo día que cambiaba el calendario siguiendo las instrucciones del Papa Gregorio XIII, por lo que el 4 de octubre se convertía en 15 de octubre.
El Padre Antonio de Jesús, le había preguntado si deseaba que la llevaran a Ávila, o si quería quedarse en Alba. A lo que Teresa respondió. ¿Y yo he de tener casa propia?. ¿Aquí no me darán un poco de tierra?. Parece que Teresa de Jesús era andariega hasta después de muerta y nos atenemos al trasiego de sus restos y de las reliquias que se fueron obteniendo de él.
A las 24 horas del fallecimiento el cuerpo fue sepultado en el propio Convento de Alba de Tormes entre las dos rejas del coro bajo una impresionante masa de tierra cal y piedras. Tanto el P. Antonio de Jesús y Teresa de Layz querían que los restos de Teresa de Jesús permanecieran en Alba de Tormes. Del entierro también fueron testigos la nueva priora de Alba, Inés de Jesús y Ana de San Bartolomé.
Antes de que se cumpliera el año, se procedió a la primera exhumación del cuerpo, que se encontró incorrupto. El padre Jerónimo Gracián procedió al rito de amputarle una mano que llevó a las carmelitas de Ávila aunque sin el dedo meñique que se quedó para él.
Tres años después del fallecimiento la Orden de los Carmelitas Descalzos mandaron llevar el cuerpo a Ávila así que fue exhumado el 25 de noviembre de 1585 y se trasladó el cuerpo incorrupto aunque sin un brazo que se quedó en Alba de Tormes para compensar de la pérdida. La decisión provocó el rechazo de los Duques de Alba, que echaron mano de su poder para recuperar el cuerpo, según relata Nieves Concostrina en su libro Polvo eres, y lo lograron puesto que en 1586 Sixto V ordenó el traslado de nuevo a Alba de Tormes.
Su cuerpo aún incorrupto se encuentra hoy en una capilla de la Iglesia de la Anunciación de Nuestra Señora de Alba de Tormes, custodiado por nueve llaves aunque despojado de muchas partes de su anatomía. En Alba de Tormes se conservan sendos relicarios con el brazo izquierdo y el corazón de la santa, un pie y parte de la mandíbula se encuentra en Roma, la mano izquierda en Lisboa, un dedo en París, aunque la reliquia de la santa que ha tenido una existencia más agitada ha sido la primera mano que se le seccionó.
No es la única iglesia que se puede visitar en Alba de Tormes. La villa conserva seis iglesias más, entre las 17 que llegó a tener.
La iglesia de las MM. Isabeles, perteneciente al convento de Nuestra Señora o de la Madre de Dios, dedicado a la advocación de Santa Isabel, que fue fundado en 1481.
La iglesia de las MM. Benedictinas, perteneciente al Monasterio de Nuestra Señora de las Dueñas, dedicado a la advocación de Santa Isabel, que fue fundado en 1481.
La iglesia de san Pedro, reedificada en 1577 y que guarda una talla del Cristo de la Salud.
La iglesia de San Juan, de estilo románico-mudéjar. Durante el 2015 acoge una exposición del escultor Venancio Blanco.
La iglesia de Santiago, de estilo románico-mudéjar datada entre los siglos XI y XII.
La Basílica, de estilo neogótico, construida en el siglo XIX a instancias del obispo de Salamanca y a mayor gloria de Santa Teresa, “Santa Teresa pide un templo y no podemos negárselo».
El Monasterio de San Leonardo, del siglo XII, fue erigido para los monjes premostratenses. En 1447 a instancias de don Gutierre Álvarez de Toledo -siendo ya arzobispo de Toledo-, pasó a la orden de los Jerónimos.
Del que fue majestuoso Castillo de los Duques de Alba, queda la Torre del Homenaje, única que se conserva de las seis torres que llegó a tener. Conserva unas imágenes de la batalla de Mühlberg.
A través del puente medieval del río Tormes, se accede a la villa desde Salamanca. Fue construido sobre un puente romano que discurría sobre la Vía de la Plata.
A las fiestas dedicadas a la Transverberación -del 2 al 2 de agosto- y a Santa Teresa -del al de octubre-, se unen Las Edades del Hombre, que en su edición de 2015 tiene sus sedes entre Ávila y Alba de Tormes.
Merece la pena volver el último capítulo de la magistral serie que RTVE dedicó a Teresa de Jesús, interpretada por la gran Concha Velasco.
Cincuentopía
«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce». [/author_info] [/author]