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Luis Felipe Vivanco, Cansado de palabras

Luis Felipe Vivanco

«Cansado de palabras (y también de silencios).
Cansado de evidencias (y también de misterios).
Tu horizonte está lejos, y en él cada simiente
viva, cada minuto sensible de distancias.

¡Qué bien estás, Señor, alrededor de cada pueblo!
Tú, ¡qué bien! , ¡Y qué bien yo, si una tarde nos une
con rojas arenarias y botones azules,
y una yunta, y un perro que ladra, y algún pájaro!
¡Qué bien se está, Señor, con distancias de campo pujanza
y colores activos levemente ondulando!
¡Qué bien se está, Señor, y qué poco hace falta!
(Las casas, tan pegadas a la tierra, y la entrega, tan alta.)

Cansado de ser otro (tal vez de ser yo mismo),
me entregaré a las cosas que no ambiciona nadie
para ignorar con ellas, libre de otros dominios.
Sólo tuya, Señor, la realidad del mundo
(y la palabra viva que se acerca y reduce
su exceso de conciencia para ser algo tuyo).

Cansado de lecciones (y de imaginaciones),
quiero andar por la vía del tren, por el paisaje
que se opone a los sitios pintorescos, se aleja
del pueblo sin más bienes que su cielo y su fuerza.
Allí he crecido en años de secreto abandono
que fueron las raíces de un ramaje sonoro.
Y allí Tú te abandonas a tu mejor pobreza».

Otros poemas de  Luis Felipe Vivanco (1907-1975 publicados en Cincuentopía:

Cincuentopía

«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».

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