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Lyonel Feininger: de la viñeta a la vanguardia

Lyonel Feininger

Acaso su nombre no resulta tan conocido como el otros correligionarios pero Lyonel Feininger constituye una figura imprescindible en el panorama artístico de las vanguardias del siglo XX. Pintor, dibujante, historietista… y con una sólida formación musical, su fértil trayectoria profesional merece que nos detengamos en una obra desarrollada a lo largo de casi siete décadas.

Lyonel Feininger (1871-1956) era de origen alemán (nacionalidad de sus padres) aunque nació en Nueva York. Esta dualidad entre lo alemán y lo estadounidense marcó buena parte de su faceta artística.

Lyonel Feininger recibió una educación exquisita desde el punto de vista cultural: fue enviado con apenas 16 años a Hamburgo para ampliar estudios sobre música pero en esa ciudad descubrió su gran pasión: el dibujo y la ilustración. De esta manera, comenzó un proceso de formación que facilitó su incorporación a un género por entonces incipiente como el del viñetismo para tebeos.

En ese ámbito va consolidando una notable actividad, colaborando con distintas publicaciones de la época e incluso participando en la creación de algunas de ellas.

Pero Lyonel Feininger quería dar un paso hacia delante: de manera paulatina se adentra en el mundo de la pintura, en un primer momento con un estilo naturalista y a partir de la segunda década del siglo XX optando por una línea más abstracta, con un lenguaje basado en las líneas rectas y los planos fragmentados de color.

En 1919 se incorpora al movimiento Bauhaus, ahondando su pericia artística y ampliando su saber hacer a técnicas como la xilografía o grabado en madera. Con la llegada del nazismo su arte es calificado como “degenerado” y regresa a Estados Unidos, donde residiría hasta su fallecimiento.

Durante las tres décadas siguientes Lyonel Feininger se convirtió en un artista sumamente apreciado, tanto por su versatilidad (dibujo, obra gráfica, pintura, fotografía, xilografía, construcción de juguetes… nada parece escapar a su curiosidad) como por la calidad de la totalidad de su obra, centrada en aspectos como el paisaje, los dibujos satíricos, la caricatura, la vida urbana…

Tras su fallecimiento en 1956 el legado de Lyonel Feininger se mantiene en vigor gracias al esfuerzo de su familia y, por supuesto, de su innegable valía artística.

Hace apenas unos meses pudo contemplarse una extensa exposición dedicada a la figura de Lyonel Feininger, organizada por la Fundación Juan March en su sede de Madrid, y de la que nos hicimos eco en Cincuentopía. Tal y como hicimos en aquella ocasión recomendamos a nuestros seguidores que vean este vídeo, extraído del canal en YouTube de la Fundación Juan March, donde se pueden comprobar algunos aspectos adicionales sobre dicho evento.

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«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».

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