Joana Biarnés se incorpora, por méritos propios, a la sección que Cincuentopía dedica a los Maestros de la fotografía.
Joana Biarnés (1935-2018) constituye un caso sorprendente. Fue una de las pioneras, si no la primera de todas, entre las reporteras gráficas españolas, iniciándose en el mundo de la fotografía de la mano de su padre, estudiando en la Escuela de Periodismo de Barcelona y trabajando en distintos periódicos y revistas durante finales de los cincuenta, totalidad de las décadas de los sesenta y setenta y mitad de los ochenta.
Durante esos años demostró su carácter de fotógrafa todo terreno que conciliaba técnica, arrojo, contactos, don de gentes y notable espíritu de trabajo. No sólo cubrió eventos de la más variada índole (deportes, sucesos, cultura…) sino que buena parte de la sociedad de la época pasó por su objetivo, destacando por su repercusión internacional los casos de The Beatles, Roman Polanski o Massiel, a quien acompañó en el proceso de elección del célebre vestido que portó en el Festival de Eurovisión de 1968 que ganó.
En 1985 abandonó su trabajo como fotógrafa de prensa en desacuerdo con el estilo amarillista que se había incorporado a los medios de comunicación y abrió un restaurante en la isla Ibiza que se convirtió en uno de los mejores de las islas Baleares y alcanzó renombre en el ámbito culinario mundial.
En 2001 le fue detectada una maculopatía degenerativa que fue disminuyendo su visión de manera paulatina. Durante los últimos años de su vida su figura fue descubierta y reivindicada de nuevo, recibiendo diversos homenajes. En 2016 se estrenó el documental Una entre todos sobre su vida y su trayectoria profesional.
En esta galería fotográfica se puede ver parte del trabajo de Joana Biarnés.
Hasta el momento la serie Maestros de la fotografía publicada en Cincuentopía se compone de las siguientes entradas:
- Dorothea Lange
- Ansel Adams
- Margaret Bourke-White
- Edouard Boubat
- Sabine Weiss
- Robert Capa
- Eve Arnold
- Philippe Halsman
«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».
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