Marqués de Santillana, El infierno de los enamorados
El infierno de los enamorados
«La Fortuna que non cesa,
siguiendo el curso fadado,
en una montaña espesa,
separada de poblado,
me levó, como robado,
fuera de mi poderío;
así qu’el franco albedrío
me fue del todo privado.
¡Oh vos, Musas, qu’en Pernaso
facedes habitación,
allí do fizo Pegaso
la fuente de perfección!,
en el fin e conclusión,
en el medio e comenzando,
vuestro subsidio demando
en esta proposición
por cuanto a decir cuál era
el selvaje peligroso
en recontar su manera
es acto maravilloso,
e yo non pinto ni gloso
silogismos de poetas,
mas siguiendo líneas rectas,
fablaré non infintoso
del su modo inconsolable
non describe tal Lucano
de la selva inhabitable
que taló el bravo romano;
si por metros non esplano
mi propósito e menguare,
el que defectos fallare,
tome la pluma en la mano.»
Marqués de Santillana, El infierno de los enamorados. Poesía lírica. Letras Hispánicas.