El pasado 7 de febrero falleció Tzvetan Todorov. Ese día el mundo perdió a uno de los pensadores más lúcidos de las últimas décadas, un ejemplo de honestidad y brillantez intelectual nada fácil de encontrar. Quizá haya llegado el momento de repasar una obra maestra como El miedo a los bárbaros para darse cuenta sobre su nivel de vigencia.
Nacido en Bulgaria aunque de nacionalidad francesa, Tzvetan Todorov aunó las facetas de lingüista, historiador, filósofo o crítico literario, entre otras, y las hizo plenamente compatibles con un sólido compromiso político al servicio de la tolerancia, la justicia social y los valores democráticos.
El miedo a los bárbaros es un análisis sobre la realidad y acerca de la actualidad (dos categorías que no siempre se identifican, sobre todo dada la capacidad de los medios de comunicación de masas de dejarse fascinar por lo urgente y olvidarse de lo importante), que trata de superar los tópicos al uso sobre civilizaciones que chocan, identidades nacionales cuyas raíces se hunden en las profundidades del tiempo, pensamientos únicos camuflados bajo el pretexto de la utilidad y zarandajas de esa naturaleza.
Tzvetan Todorov plantea su reflexión mediante concretos que tienen que ver con conflictos que acaecen en las sociedades europeas, incluyendo el asesinato de Theo Van Gogh en Amsterdam en 2004, la publicación de una serie de caricaturas sobre Mahoma por parte de un periódico danés en 2005 o el discurso pronunciado por el Papa Benedicto XVI en la ciudad alemana de Ratisbona en 2006 (en todos los casos con sus posteriores repercusiones en forma de desórdenes públicos y vaivenes diplomáticos).
A partir de estos mimbres Tzvetan Todorov construye en El miedo a los bárbaros un perspicaz cesto en el que se reflexiona, de forma tan pausada como sagaz, sobre cuestiones como la verdadera naturaleza de la identidad europea, el fenómeno de la inmigración, el diálogo entre culturas, la orientación de la política entendida en el sentido más noble del término…
Nada escapa a la curiosidad y sabiduría de Tzvetan Todorov: su singular división de los países (con las respectivas categorías de naciones de apetito, resentimiento, miedo e indecisión) resulta tan sugestiva como brillante; y no menos relevante es el análisis que realiza de un concepto tan manido (y desprestigiado) como el de multiculturalismo, al que él sitúa frente a desarraigo cultural.
Particularmente interesante es su disertación sobre el papel que representan las fronteras entre los países (sobre todo en el caso de Europa), dentro de un proceso que a su juicio se lleva a cabo a lo largo de tres fases: la religiosa, con la dualidad Cielo/Tierra; la nacional, identificada con el surgimiento de dicha noción y la aparición de los primeros estados; y la postreligiosa y postnacional, que tiene que ver con los individuos allegados a cada persona (familia, amigos…).
Tzvetan Todorov escribió El miedo a los bárbaros en 2008 pero sus contenidos siguen de actualidad, incluso quizá más que nunca por la concatenación de una serie de circunstancias (guerras, procesos electorales, medidas económicas…) tan conocidas que sería en exceso reiterado referirse a ellas.
En definitiva, nos encontramos ante un libro para la meditación calmada, para poder comprender mejor la realidad que nos rodea; pero también nos hallamos una herramienta pedagógica para tratar de superar los miedos que nos inculcan, para apostar por valores como la tolerancia, para mejorar el entorno que nos circunda.
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Tzvetan Todorov. El miedo a los bárbaros. Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores.
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Especialista en nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones aplicadas al ámbito del periodismo. Ha publicado alrededor de diez libros y más de treinta artículos en revistas científicas. Le gusta leer. [/author_info] [/author]