Baile en el Moulin de la Galette del pintor francés Pierre Auguste Renoir se incorpora a la sección Mirar un cuadro de Cincuentopía.
Aludir a Pierre Auguste Renoir (1841-1919) es hablar de impresionismo pero también referirse a sensualidad, a búsqueda de la belleza, a apuesta por lo ornamental pero no en un sentido peyorativo del término sino entendido en la faceta más noble de la palabra.
El cuadro fue realizado en 1876, acaso en un momento cercano a la plenitud artística del creador, mostrado por vez primera al año siguiente en la tercera exposición de los impresionistas y adquirido por el coleccionista y mecenas Gustave Caillebotte quien a su vez lo legó tras su fallecimiento al Estado francés en 1894. Tras exhibirse en los parisinos museos de Luxemburgo y Louvre, desde 1986 forma parte de la colección del Musée d’Orsay, donde actualmente podemos difrutarlo.
Todo es maravilloso en este óleo sobre lienzo pero quizá por encima de cualquier otra consideración nos admira su composición, por lo virtuosa, por lo armoniosa, por lo avanzada (indudable influencia del arte de la fotografía en el corte de los cuerpos), por lo equilibrada…
Pocas veces se ha reproducido con tal grado de precisión, lirismo y detalle un escenario como el de este merendero popular ubicado en el barrio de Montmartre cuyos propietarios eran los Debray y que además de a innumerables parisinos atrajo a artistas como Pablo Picasso, Henri de Toulouse-Lautrec o Vincent van Gogh, entre otros muchos.
Ante tal despliegue de talento nos resulta difícil decantarnos por la manera de expresar el movimiento o por la forma en que se integran las diversas naturalezas muertas, por el modo en que se tamiza la luz o por la técnica utilizada para acumular planos y más planos sutilmente interconectados mediante diagonales.
Vaya capacidad de gestionar los colores y de emplear con singular mezcla de osadía y exactitud la tonalidad negra y de generar una atmósfera vaporosa a partir de la combinación de todos los elementos referidos con anterioridad.
Además, Baile en el Moulin de la Galette constituye un testimonio gráfico de primer nivel puesto que una parte apreciable de las figuras que aparecen corresponden a personas conocidas del momento: las hermanas Jeanne y Estelle Samary, artistas como Pierre-Franc Lamy o como Norbert Goeneutte, la modelo Marguerite Legrand, el crítico de arte Georges Rivière…
Renoir pintó este mismo motivo en otra ocasión en un formato ligeramente más reducido para un cuadro que en la actualidad se encuentra en manos de un coleccionista privado japonés que lo adquirió en una subasta celebrada en 1990 por más de 78 millones de dólares de la época.
Hasta este momento la sección Mirar un cuadro de Cincuentopía está compuesta por las siguientes entradas:
- Bar del Folies-Bèrgere de Èdouard Manet
- La tempestad de Giorgione
- Sagrada familia del pajarito de Bartolomé Murillo
- La esclusa de John Constable
- Descargadores de Arlés de Van Gogh
- Vieja friendo huevos de Velázquez
- La clase de danza de Degas
- La primavera de Botticelli
- Lady Agnew of Lochnaw de Sargent
- La Lamentación de Anton Van Dyck
- Gente al sol de Edward Hopper
- Autorretrato tirándose de la mejilla de Schiele
- La batalla de Trafalgar de Turner
- La boda de Chagall
- Cristo crucificado de Goya
- La Anunciación de Fra Angélico
- La ronda de noche de Rembrandt
- Hombre cayendo al vacío de Max Beckmann
- Los jugadores de cartas de Cézanne
- Las tres Gracias de Rubens
- El grito de Munch
- Trinidad de Masaccio
- La danza I de Matisse
- Virgen del jilguero de Rafael
«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».
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