La Anunciación de Fra Angélico supone la última incorporación a la sección Mirar un cuadro de Cincuentopía. Una obra con méritos sobrados para ser incluida.
Hay obras que no pueden ser concebidas fuera del entorno para el que fueron preparadas y en el que actualmente se insertan: tal es el caso de La Anunciación de Fra Angélico, ubicada al final de la escalera que da acceso al primer piso del convento de San Marcos de Florencia (hoy conocido como Museo Nacional de San Marcos).
Nos quedamos asombrados, extasiados, ante lo que ven nuestros ojos nada más poner los pies en este edificio y pensamos en lo que pasaría por la cabeza de aquellos monjes que día tras día se encontraban ante una pintura de tamaña belleza y también de tal fuerza expresiva y en cuya base hay una inscripción alusiva a la devoción y reverencias que debían realizar hacia María al paso por el corredor.
Fra Angélico (1395-1455) o Fray Angélico da Mugello, cuyo verdadero nombre era Guido di Pietro, creó a lo largo de su vida algunos de los más bellos cuadros de la pintura universal, combinando la elegancia decorativa del gótico con el realismo que ya empezaba a imperar durante el siglo quince y con una formulación de la perspectiva inédita hasta aquel momento.
Sin duda el pintor puso todo su empeño para crear un fresco inolvidable en el que todo resulta tan portentoso en su técnica como conmovedor en su mensaje: el singular efecto espacial obtenido mediante el juego entre la estancia abovedada y las columnas de orden corintio, la sutileza de las figuras del ángel Gabriel y de la Virgen María que da la sensación de que en cualquier momento pudieran desvanecerse de nuestros ojos, la inusual sensación de profundidad lograda gracias a ese espacio al aire libre que se abre a la izquierda…
Es casi imposible no conmoverse ante la suavidad de los colores, ante la profunda armonía de la totalidad de la composición, ante los detalles que se perciben en cada centímetro cuadrado de la obra, ante la completa entrega del artista…
Es cierto que no fue la única Anunciación de Fra Angélico, existe otra formidable en el Museo del Prado de Madrid (realizada para el convento de Fiesole y regalada con posterioridad al duque de Lerma quien a su vez la transmitió a la corona española), pero muy posiblemente esta pintura al fresco sea la más conmovedora de todas ellas, por la manera en que se creó y por el lugar donde se asienta.
Forman parte de la serie Mirar un cuadro de Cincuentopía las siguientes obras:
- Bar del Folies-Bèrgere de Èdouard Manet
- La tempestad de Giorgione
- Sagrada familia del pajarito de Bartolomé Murillo
- La esclusa de John Constable
- Descargadores de Arlés de Van Gogh
- Vieja friendo huevos de Velázquez
- La clase de danza de Degas
- La primavera de Botticelli
- Lady Agnew of Lochnaw de Sargent
- La Lamentación de Anton Van Dyck
- Gente al sol de Edward Hopper
- Autorretrato tirándose de la mejilla de Schiele
- La batalla de Trafalgar de Turner
- La boda de Chagall
- Cristo crucificado de Goya
«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».
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