Poca gente imagina que Alemania pueda tener la región volcánica más activa de Europa. Los bosques, rios, lagos formados en los cráteres y los manantiales de aguas termales, forman un impresionante paisaje que le ha merecido la categoría de Parque Geológico Natural de la UNESCO.
Existen 39 puntos de alto interés geológico y podrás escalar pequeños montes de volcanes apagados o descender por conductos subterráneos de lava que formaron cuevas en algunas ocasiones habitadas por una extraña especie de murciélagos protegidos por las leyes alemanas.
Y ahí, escondida en este espectacular escenario natural, se encuentra la romántica ciudad de Monschau.
Sus típicas casitas de maderas cruzadas con ventanas repletas de flores, el sonido del río Rur, que la atraviesa y las terrazas de los restaurantes muy ambientadas con buen tiempo, hacen de ella una ciudad indispensable si visitas Alemania.
Siguiendo el cauce del río donde asoman las románticas casitas, pasearemos y haremos miles de fotos porque cada rincón que encontramos nos parece más bonito que el anterior.
La «casa roja» (Rote Haus), casa de estilo barroco que fue residencia de un rico comerciante de paños, actualmente museo, conservando el interior del s. XVIII. Aquí Podemos ver tapices y muchas de las telas hechas en las fábricas textiles de Monschau, ya que aquí la industria textil tuvo gran importancia hasta el siglo XIX.
También es en esta ciudad donde se encuentra una de las fábricas más antiguas de mostaza. Se hace en un antiguo molino de piedra, con los métodos tradicionales de entonces. Su receta está bien guardada por la familia y hay 21 variedades, que podrás probar en su tienda, donde te aconsejaran cual es mejor para las diferentes comidas.
Difícil elegir pues están a cual más buena y las hay más o menos picantes. Yo me quedo con la de tomate y la de miel, para las salchichas; La de frutas del bosque para la carne de caza; la de naranja para pato y pollo y la de Riesling, uno de mis vinos favoritos de Alemania, para el pescado.
Cafeterías y pastelerías nos ofrecen sus típicas galletas printen, aunque estas son, originarias de Aquisgran y llegando a la plaza la «Weihnachtshaus», la tienda de Navidad, abierta durante todo el año para comprar todo tipo de adornos y complementos para estas fiestas.
Es de obligada mención la fábrica de vidrio donde, podemos observar como realizan todo tipo de objetos de cristal, desde vasos, platos y tazas hasta una infinidad de pequeñas miniaturas, hechas a mano y con las técnicas de los maestros vidrieros, soplando el vidrio incandescente, moldeándolo y dejándolo enfriar.
En Monschau, no hay tiempo para aburrirse!