A finales de los años setenta y comienzos de los ochenta la filmografía española estaba dominada por el dúo formado por Andrés Pajares y Fernando Esteso (o Fernando Esteso y Andrés Pajares, tanto monta monta tanto). Hasta tal punto llegó la cosa que su presencia en una película equivalía prácticamente a taquillazo asegurado.
La procedencia de ambos actores era ligeramente distinta. El madrileño Andrés Pajares (1940) había iniciado su trayectoria en salas de fiesta y compañías musicales, apareciendo por vez primera en televisión a finales de los sesenta. Por su parte el zaragozano Fernando Esteso (1945) comenzó desde niño a trabajar en espectáculos circenses y de variedades hasta alcanzar la notoriedad en televisión a comienzos de los setenta.
Desde el primer momento quedaba claro el tipo de película en la que participaban: filmes de humor (predominantemente no muy sutil) y con presencia (creciente) de actrices ligeras (cuando no carentes por completo) de ropa.
Así se fueron sucediendo las películas (siempre dirigidas por Mariano Ozores y con la intervención de Antonio Ozores en todo tipo de papeles secundarios). En apenas cinco años rodaron Los bingueros (1979), Los energéticos (1979), Yo hice a Roque III (1980), Los liantes (1981), Los chulos (1981), Todos al suelo (1982), Padre no hay más que dos (1982), La Lola nos lleva al huerto (1983), Agítese antes de usarla (1983) y Los caraduros (1983). Éste era el final de Yo hice a Roque III, uno de sus mayores bombazos.
Pero el público, que había acogido con los brazos abiertos este tipo de filmes, les dio de lado con la misma rapidez. El dúo se separó y cada uno de ellos continuó su trayectoria por separado (con la excepción de una participación conjunta en la obra de teatro La extraña pareja).
Andrés Pajares comenzó una carrera que sorprendió a más de uno (muy particularmente a algunos de sus detractores). Su participación en filmes como ¡Ay, Carmela! (por el que obtuvo el Premio Goya) o Bwana mostró que estábamos ante un actor de carácter y con una relevante versatilidad.
Fernando Esteso no alcanzó esas cotas de reconocimiento. Trabajó de manera esporádica en películas, obras de teatro y programas de televisión, aunque con resultados artísticos bastante discretos.
A partir de finales de los noventa ambos personajes entran en el declive. El tiempo no ha sido amable con ninguno de los dos, en muchas ocasiones carne de la prensa del corazón o de programas televisivos de muy escaso gusto. Periódicamente aparecen informaciones en las que se alude a una posible vuelta de la pareja en una nueva película pero ninguna de esas noticias se ha concretado hasta la fecha.
En cualquier caso, estamos seguros de que una parte importante de los seguidores de Cincuentopía también disfrutaron (o padecieron, según cada cual) de las películas de Pajares y Esteso, Esteso y Pajares. Vaya para ambos nuestro reconocimiento.
