El Museo del Prado de Madrid dedica una exposición a las pasiones mitológicas durante los días 2 de marzo al 4 de julio de 2021.
«Pasiones mitológicas: Tiziano, Veronés, Allori, Rubens, Ribera, Poussin, Van Dyck, Velázquez» propone un recorrido irrepetible por las pasiones mitológicas de la mano de las grandes figuras de la pintura europea. Para ello, presenta un total de 29 obras, 16 de la pinacoteca madrileña y 13 procedentes de otras instituciones. Especialmente destacable es el hecho de que, por primera vez desde el siglo XVI, se podrán ver en España las seis pinturas mitológicas que Tiziano pintó para el rey Felipe II entre 1553 y 1562, las famosas «poesías».
En la mitología griega y romana el amor, el deseo y la belleza están íntimamente relacionados y dominan las vidas de los dioses y los humanos. Los textos que se refieren a estos asuntos –la Ilíada y la Odisea de Homero, las Metamorfosis de Ovidio, la Eneida de Virgilio entre otros– fueron muy estimados por los artistas del Renacimiento y el Barroco, que buscaron representarlos con sentimiento intenso.
Durante siglos, los temas relacionados con la Antigüedad fueron los más valorados en el mundo del arte en Europa, y solo los artistas más importantes tenían la oportunidad de dedicarse a ellos. Las obras presentes en esta exposición representan el culmen de una forma de entender la pintura, y por ello han sido objeto de veneración durante siglos.
Este proyecto liderado por el Museo del Prado ha sido posible gracias a la colaboración especial de la National Gallery de Londres, las National Galleries of Scotland de Edimburgo y el Isabella Stewart Gardner Museum de Boston.
Entre las últimas entradas referidas a exposiciones desarrolladas en el Museo del Prado que han sido publicadas en Cincuentopía figuran las siguientes:
- Fra Angelico
- Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana
- Reencuentro
- Estuches del Tesoro del Delfín
- Mujeres pintadas e invitadas
«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».
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