Un film de finales de la década de los sesenta, Bullitt, se incorpora a la sección de Películas cincuentópicas de este portal.
Aludir a Bullitt es referirnos al cine de acción en esencia pura, del que nos levantaba de los asientos de los cines a quienes formamos parte de la actual generación de cincuentópicos.
La película fue dirigida por Peter Yates y contaba con el protagonismo absoluto de Steve McQueen. Su banda musical era de Lalo Schifrin y ganó un Premio Óscar al Mejor Montaje.
A grandes rasgos el film narra las vicisitudes de tres personajes: el teniente de policía Frank Bullitt, el ambicioso político Walter Chalmers y el mafioso Johnny Ross. Y en torno a ellos un grupo de figuras de la más variada índole, la ciudad de San Francisco y coches, muchos coches que transitan las calles a toda velocidad.
Y, por supuesto, compartimos con los seguidores de Cincuentopía el momento más célebre de la película, una de las persecuciones automovilísticas que más de cinco décadas después continúan asombrándonos. ¡Vaya seis minutos nos aguardan!
Forman parte de la sección dedicada a Películas cincuentópicas las siguientes entradas:
- Tiburón
- Alien el octavo pasajero
- La guerra de las galaxias
- El padrino
- Doctor Zhivago
- La vida de Brian
- La naranja mecánica
- Grease
- Rocky
- Alguien voló sobre el nido del cuco
- Annie Hall
- El golpe
- Superman
- Taxi Driver
- Harry el Sucio
- El exorcista
- El cazador
- French Connection
- Apocalypse Now
- Cabaret
- La profecía
- Barry Lyndon
- Kramer contra Kramer
- Todos los hombres del presidente
- Novecento
- El planeta de los simios
- Cowboy de medianoche
- La leyenda de la ciudad sin nombre
- Easy Rider
- La noche de los muertos vivientes
- El expreso de medianoche
- Jesucristo Superstar
- Suspiria
- La huella
- American Graffiti
- La fuga de Alcatraz
- Fiebre del sábado noche
- Manhattan
- El graduado
- La fuga de Logan
- Encuentros en la tercera fase
- Lolita
«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».
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