La serie sobre películas cincuentópicas acoge en esta ocasión un verdadero monumento cinematográfico: El padrino. Sólo la enumeración del título hace que se nos ericen los pelos.
Cuando Francis F. Coppola comenzó a pergeñar la película basada en la novela de Mario Puzo estaba muy lejos de sospechar que estaba a punto de cambiar la historia de la cinematografía en general y su propia historia en particular.
Nunca hasta El padrino la mafia había sido objeto de tal tratamiento cinematográfico. Luego vinieron otros filmes excelentes (Godfellas, Érase una vez en América, Scarface, Muerte entre las flores, Casino…) o series portentosas (con Los Soprano a la cabeza) pero en el film de Coppola estuvo la génesis de un verdadero subgénero.
Tras una serie de complejas vicisitudes previas, el director narró con mano maestra la historia de Vito Corleone y su familia, un fascinante retrato social en el que muchos por completo ajenos a este mundo se vieron reflejados.
El padrino sirvió para volver a poner en primera línea a un actor como Marlon Brando y para lanzar al estrellato a jóvenes como Al Pacino, Diane Keaton, Robert Duvall, James Caan… Y luego está la fotografía, el cuidado diseño de vestuario, la exquisita puesta en escena. Y como colofón, la mágica música compuesta por Nino Rota. ¿Cómo olvidar este portentoso solo de trompeta que nos acompañará mientras vivamos? Escuchemos la interpretación de la Orquesta Sinfónica de San Marino.
Más allá de los numerosos premios alcanzados (aunque no obtuvo el Óscar a la Mejor Película en beneficio de Cabaret) y de la masiva asistencia de espectadores a los cines donde se proyectó el peso específico de El padrino en la historia del cine crece conforme pasan los años. Se la puede ver una y otra vez con la seguridad de que siempre se descubrirá un nuevo detalle, un matiz que se había dejado pasar por alto en su momento.
Tras el film vinieron la portentosa El padrino II y la discutida El Padrino III y Francis F. Coppola comenzó a enlazar obras maestras y fracasos estrepitosos. Pero ya nada fue lo mismo.
La serie sobre películas cincuentópicas incluye las siguientes entradas:
Tiburón
Alien el octavo pasajero
La guerra de las galaxias
«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».
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1 comentario. Dejar nuevo
Que gran película. Una joya. Lástima que fuera decayendo en las sucesivas. Estupendo artículo.