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Películas cincuentópicas: La leyenda de la ciudad sin nombre

Películas cincuentópicas: La leyenda de la ciudad sin nombre

La leyenda de la ciudad sin nombre es un film sorprendente, se mire por donde se mire. Aunque sólo sea por eso merece ser incorporado a nuestra serie de entradas sobre Películas cincuentópicas.

Veamos algunos de los aspectos por los que calificamos como sorprendente esta obra que fue estrenada en 1969. En primer lugar, es una rara avis dentro de la filmografía de su director Joshua Logan, responsable de películas como Picnic, Bus Stop, Fanny o South Pacific. Éste fue su último trabajo, algo difícil de comprender dado el éxito que obtuvo y que apenas contaba con sesenta años en ese momento.

No menos sorprendente es su mezcla de géneros: western, musical y comedia. ¡Ahí es nada! Y por supuesto, también nos choca el trabajo (que incluyó tener que cantar canciones) de dos actores como Lee Marvin y Clint Eastwood, en aquel momento considerados como el paradigma de individuos rudos. Junto a ellos, un reparto sumamente interesante con Jean Seberg, Harve Presnell o Ray Walston a la cabeza.

A grandes rasgos La leyenda de la ciudad sin nombre relata la historia de la creación, auge y declive de una ciudad muy peculiar, habitada únicamente por varones y que cuenta con una legislación bastante particular. En dicho contexto, el hallazgo de una veta de oro marca un antes y un después.

Si hubiera que sintetizar la película seguro que más de uno de los seguidores de Cincuentopía se quedaría con el inolvidable tema A wandering star cantado/recitada por un inconmensurable Lee Marvin, ¿verdad?

Por todo ello, La leyenda de la ciudad sin nombre siempre permanecerá en el recuerdo de una generación de cincuentópicos.

Indicamos los filmes que hasta el momento forman parte de las Películas cincuentópicas:

[author] [author_image timthumb=’on’]https://cincuentopia.com/wp-content/uploads/2015/06/logo-google-.jpg[/author_image] [author_info]Cincuentopía

«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».

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Tags: DESTACADOS, RECORDAR

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