La profecía se incorpora a esta sección sobre Películas cincuentópicas que poco a poco va alcanzando considerables dimensiones.
Desde luego el film provocó (y es posible que siga haciéndolo más de cuarenta años después) unos cuantos sobresaltos, escalofríos y malestares.
Estrenada en 1976, La profecía narra la turbia historia de Damien, hijo impostado de la pareja formada por Robert y Katherine Thorn. Basada en una idea original del productor Harvey Bernhardt posteriormente desarrollada por el guionista David Seltzer, está dirigida por Richard Donner.
La película cuenta con un reparto más que notable, encabezado por Gregory Peck y Lee Remick (ahí es nada), quienes son acompañados por David Warner, Harvey Stephens, Billie Whitelaw, Patrick Troughton, Martin Benson y Leo McKern, entre otros.
Uno de los elementos claves en El profecía (y que resulta particularmente efectivo a la hora de transmitir inquietud cuando no abierto temor en el espectador) es su tema musical principal, compuesto por Jerry Goldsmith quien obtuvo su único Óscar gracias a este trabajo. Así suena su Ave Satani que sigue dando tanto miedo como décadas atrás.
Aprovechando el más que notable éxito de público y crítica, la película tuvo posteriormente tres secuelas aunque ninguna de ellas alcanzó los niveles del film original. En 2006 se produjo un remake que pasó con más pena que gloria pese a una costosa campaña de marketing.
Hasta la fecha forman parte de la serie Películas cincuentópicas las siguientes entradas:
- Tiburón
- Alien el octavo pasajero
- La guerra de las galaxias
- El padrino
- Doctor Zhivago
- La vida de Brian
- La naranja mecánica
- Grease
- Rocky
- Alguien voló sobre el nido del cuco
- Annie Hall
- El golpe
- Superman
- Taxi Driver
- Harry el Sucio
- El exorcista
- El cazador
- French Connection
- Apocalypse Now
- Cabaret
«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».
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