Los coches de caballos se exponen junto con pinturas, tapices, baúles, uniformes y otros objetos que aportan información de carácter visual o documental y permiten comprender mejor cómo se utilizaron y en qué contexto. La exposición está dividida en cuatro periodos históricos y transversalmente se evidencian aspectos relativos a la evolución tecnológica.
A continuación destacamos algunas curiosidades.
El guadarnés de las Caballerizas Reales
El lugar o sitio donde se guardan las sillas y guarniciones de las caballerías, y demás material perteneciente a la caballeriza incluyendo los uniformes del personal (lacayos, palafreneros, cocheros y postillones) se denomina guadarnés. La solemnidad de los desplazamientos reales requería que el personal también adecuara su vestimenta a la ocasión. Existían tres categorías en su indumentaria: de camino, de diario y de gala.
Representación simbólica de poder
El momento de esplendor de los carruajes se produjo en la segunda mitad del siglo XVII y el siglo XVIII. En la exposición En movimiento. En los vehículos y carruajes de Patrimonio Nacional se observa la influencia de los estilos artísticos imperantes.
Uno de los modelos más espléndidos que se muestra en la exposición es el Coche de caoba, cuya función era la de coche de respeto. Fue uno de los tres coches encargados por Fernando VII cuando contrajo matrimonio con su cuarta esposa, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias. Y es que cuando Carlos IV marchó al exilio a Francia, requirió de gran parte de los carruajes disponibles, los cuales no retornaron.
En el vehículo mencionado se pueden observar elementos ornamentales alusivos a la monarquía.
Una oportunidad de conocer y reflexionar sobre nuestra historia.