Qué hay de tu vida Podcast número 41. Presentado por Anselmo Mancebo, Charo Onieva y David Parra, quienes te dan la bienvenida a sus contenidos.
Por segundo programa consecutivo se plantea un podcast de carácter especial, realizado con motivo de las fiestas navideñas que se están desarrollando a lo largo de estos días y que poco a poco llegan a su fin.
La totalidad de los contenidos de Qué hay de tu vida Podcast número 41 aluden al conjunto de fallos, erratas, errores y equivocaciones cometidos por los distintos componentes a lo largo del recientemente concluido año 2019. Es decir, como las tomas falsas de una película o una serie de televisión pero sin su glamour.
Hay veces en que el error viene a la hora de introducir el tema de la semana porque como bien dice el refrán, el mejor escribano echa un borrón; otras veces ocurre a la hora de la despedida, tal vez las prisas por acabar sean malas consejeras; y otra posibilidad es que un chiste contado de improviso ocasione la hilaridad de los componentes del programa.
A veces un apellido llamativo causa las risotadas y la consiguiente paralización de la grabación (reconocemos que no está bien reírse de esas cosas pero nos sucede y lo asumimos); en otras ocasiones el desencadenante de las carcajadas es un poema de excelente contenido pero de nombre lo suficientemente significativo; y también puede suceder que la lengua se trabe en un determinado momento y obligue a parar, coger aire y comenzar de nuevo.
He aquí algunas equivocaciones convertidas ya en clásicas y subrayadas en Qué hay de tu vida Podcast número 41: olvidos de compañeros a la hora de la despedida, ataques de risa en plena grabación o cuando el número de podcast se olvida o se confunde.
Qué hay de tu vida es un podcast elaborado por el equipo de Viva Voz para Cincuentopía.
[author] [author_image timthumb=’on’]https://cincuentopia.com/wp-content/uploads/2015/06/logo-google-.jpg[/author_image] [author_info]Cincuentopía«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».
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