La sección dedicada a Recetas cincuentópicas prosigue con la dedicada a arroz basmati con aliño cayenne. ¿A que el nombre es de lo más atractivo? Pues fijaos cómo puede ser el resultado.
Antes de comenzar, mostramos nuestro agradecimiento a La Montaña Aliños que nos permiten utilizar esta receta y compartirla con los seguidores de Cincuentopía. Y, por supuesto, les recomendamos que naveguen por su página web repleta de magníficos aliños.
La receta de arroz basmati con aliño cayenne requiere un aliño de cayenne. Se trata de un aliño sumamente apropiado para todo tipo de ensañadas, así como para barbacoas, platos de pasta y arroz, quesos, pescados, verduras y, por supuesto, para elaborar salsas.
[box]Vayamos con los ingredientes que necesitamos para el arroz basmati con aliño cayenne (para cuatro personas):- 200 gramos de arroz basmati
- Dos cucharaditas de mantequilla
- 260 mililitros de agua
- 30 gramos de albahaca
- Una zanahoria cortada a tacos
- Diez gramos de hojas de menta picadas
- 60 gramos de cacahuetes salados tostados
- Cuatro o cinco espárragos verdes
- Medio calabacín
- Aliño cayenne
- Sal
- Disponer el arroz y la mantequilla en una cazuela y calentar a fuego medio
- Agregar una pizca de sal, el agua y la mitad de albahaca (hay que mantener los tallos de la albahaca)
- Llevar a ebullición, tapar y bajar el fuego. Hervir a fuego lento durante veinte minutos o hasta que esté bien hecho
- Escurrir y repartir en una bandeja para que se enfríe
- Trocear el resto de la albahaca en un bol grande
- Saltear los espárragos y el calabacín, añadir el resto de ingredientes y remover para que se mezclen
- Probar y corregir de sal
- Añadir el aliño cayenne
- Mezclar y decorar
Vamos adelante con el arroz basmati con aliño cayenne. Seguro que está delicioso.
[author] [author_image timthumb=’on’]https://cincuentopia.com/wp-content/uploads/2015/06/logo-google-.jpg[/author_image] [author_info]Cincuentopía«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».
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