Dentro de nuestra sección dedicada a recetas cincuentópicas hoy proponemos esta apetitosa ensalada de remolacha, fresas y quinoa. Un conjunto exótico con un excelente sabor.
Esta receta es posible gracias a la colaboración con Huercasa, especialistas en la elaboración de productos vegetales de quinta gama. Muchas gracias desde Cincuentopía por permitirnos compartir esta ensalada de remolacha, fresas y quinoa. Recomendamos su página web con toda clase de recetas y consejos muy útiles.
Procedemos a su elaboración (para dos personas):
[box]- Un paquete de 500 gramos de remolacha cocida y pelada Huercasa
- 160 g. de Fresas
- 400 g. de Naranjas
- 240 g. de Tomates Cherry
- 80 g. de Espinacas
- 120 g. Quinoa cocida
- 80 g. de Anacardos
- 130 g. de Pimiento rojo, verde y amarillo
- Vinagre de umeboshi
- Aceite de oliva
- Cebollino
- Sal Maldon
La preparación de la ensalada de remolacha, fresas y quinoa es muy sencilla (apenas nos llevará diez minutos). Sigamos con atención los siguientes pasos:
- Escurre la remolacha cocida y pelada Huercasa y reserva.
- Lava y corta las fresas en láminas.
- Corta la naranja a la mitad, exprime con la ayuda de tus manos una mitad, y pela y corta en rodajas la otra media.
- Retira el tallo y las semillas de los pimientos y pícalos en pequeños dados.
- Corta los cherrys a la mitad.
- Parte las espinacas en trozos pequeños con la ayuda de tus manos.
- Pica los anacardos y reserva.
- Escurre la quinoa.
- Pica el cebollino y reserva en frío.
- En un bol mezcla el vinagre, el zumo de naranja y el aceite de oliva. Remueve y mezcla para emulsionar.
- Mezcla todos los ingredientes en un bol o plato. Añade el aliño, la sal en escamas y el cebollino picado.
Tal y como comentábamos, hacer esta ensalada de remolacha, fresas y quinoa es de lo más sencillo. Ha llegado el momento de disfrutar del trabajo bien hecho.
[author] [author_image timthumb=’on’]https://cincuentopia.com/wp-content/uploads/2015/06/logo-google-.jpg[/author_image] [author_info]Cincuentopía«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».
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