La sección sobre Recetas cincuentópicas centra en esta ocasión su interés en el queso camembert al horno con fresones. Vais a ver qué fácil y resultona es.
Para su elaboración contamos con nuestra empresa colaboradora, La Montaña Aliños, que nos permite usar algunas de las recetas que ha ido consiguiendo a lo largo del tiempo. Nuestro mayor agradecimiento y nuestra recomendación a los cincuentópicos para que visiten su página web repleta de deliciosos aliños.
Esta receta dedicada al queso camembert al horno con fresones precisa de un aliño de frutas del bosque. ¡Sí, existe y es magnífico! Además resulta particularmente apropiado para aquellas ensaladas que contengan frutas rojas, fresones, frambuesas, naranja o manzana; y también lo podemos emplear como acompañante de carnes (solomillo, magret, cerdo, pollo) o hasta pescados como el atún.
[box]Vayamos al grano, ¿qué ingredientes necesitamos para el queso camembert al horno con fresones? Aquí van (para cuatro personas):- Una cajita de queso camembert
- Cuatro fresones
- Sal Maldon
- Pimienta negra molida
- Aliño de frutas del bosque
- Piñones, almendras, nueces, avellanas o cacahuetes
- Precalentar el horno durante ocho o diez minutos a una temperatura de doscientos veinte grados
- Quitar la tapa superior del envoltorio del queso y pinchar con un tenedor el queso
- Tapar de nuevo y meterlo en el horno unos veinte o veinticinco minutos hasta que esté derretido
- Cubrir con fresones, añadir piñones, nueces, avellanas o cacahuetes y condimentar con el aliño de frutas del bosque, la sal y la pimienta negra molida
- Servir con pan tostado
Hasta aquí la receta dedicada al queso camembert al horno con fresones. Apuntamos como idea adicional la posibilidad de hacer una brocheta de frutas (la podéis ver en la parte derecha de la foto de esta entrada). Ahora toca comerla y disfrutarla ¡Buen provecho, cincuentópicos!
[author] [author_image timthumb=’on’]https://cincuentopia.com/wp-content/uploads/2015/06/logo-google-.jpg[/author_image] [author_info]Cincuentopía«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».
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