La reinvención personal constituye un concepto que puede sonar un tanto grandilocuente, pero que no por ello deja de tener su relevancia en el caso de todos los grupos poblaciones y de manera particularmente acusada en lo que atañe a la generación de cincuentópicos.
La crisis mundial derivada de la pandemia conocida como COVID-19 o coronavirus constituye también una oportunidad para efectuar este proceso de reinvención personal, que generalmente suele estar rodeado de una significativa cantidad de mitos, inexactitudes, medias verdades e incluso en ocasiones abiertas mentiras.
Entre estos aspectos que rezuman negatividad se encuentran la imposibilidad de ejecutarla a partir de determinada edad, el insuperable peso específico de los prejuicios sociales, la falta de capacidad cognitiva de la inmensa mayoría de la población…
Es preciso tener en cuenta que la reinvención personal no es únicamente una cuestión que afecte de manera parcelada a la faceta individual frente a la vertiente profesional del individuo. Ambas se presentan como las dos caras de una única moneda (de hecho resulta inimaginable abordar una sin tener en cuanta la otra)
Hace ya algunos años, el psiquiatra Luis Rojas Marcos ofrecía algunas pautas de reinvención personal con motivo de una entrevista realizada en el ciberperiódico El Confidencial. Entre ellas destacaban evolucionar al ritmo de los tiempos, emplear herramientas para el cambio o tener en cuenta el reflejo social.
Si te interesa todo lo que tiene que ver con la reinvención personal te recomendamos este podcast de «Qué hay de tu vida», el programa que se emite en Radio Cincuentopía de forma semanal. “Qué hay de tu vida” es un programa elaborado por el equipo de Viva Voz para Cincuentopía.
[author] [author_image timthumb=’on’]https://cincuentopia.com/wp-content/uploads/2015/06/logo-google-.jpg[/author_image] [author_info]Cincuentopía«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce».
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