Hace ya unos cuantos días que el atleta Jan Zelezny se unió al Club de Cincuentopía. Nos acercamos a la trayectoria de uno de los más grandes competidores de las últimas décadas cuyo legado todavía permanece.
Jan Zelezny nació el 16 de junio de 1966 en la República Checa. Sus padres le inculcaron el amor por el lanzamiento de jabalina, un deporte que ambos habían practicado a un buen nivel. En sus comienzos lo compatibilizó con el balonmano.
A lo largo de su carrera Jan Zelezny ha sido tres veces campeón olímpico y en otras tres ocasiones campeón del mundo (curiosamente nunca fue campeón europeo). Es el único lanzador que ha conseguido superar la barrera de los 94 metros con el nuevo centro de gravedad de la jabalina y en el momento de su retirada tenía más tiros por encima de los 90 metros que todos los demás competidores juntos.
Todos estos datos convierten a Jan Zelezny, a juicio de los especialistas, en el mejor lanzador de jabalina de todos los tiempos y en uno de los más grandes atletas de todas las especialidades a lo largo de la moderna historia del atletismo.
Veamos este vídeo, extraído del canal sam122562en YouTube, donde se le rinde merecido tributo. Atención al lanzamiento con el que bate el récord del mundo (más de 98 metros) porque ¡casi saca la jabalina del estadio!
En la actualidad Jan Zelezny ostenta el grado de coronel retirado del ejército checo y tiene una cadena de restaurantes. Continúa vinculado al mundo del atletismo a través de su labor en el Comité Olímpico Internacional; también entrena a atletas en Praga
Aunque tenemos nuestras dudas sobre si lee los contenidos de nuestro portal, damos la bienvenida a Jan Zelezny al Club de Cincuentopía.
[author] [author_image timthumb=’on’]https://cincuentopia.com/wp-content/uploads/2015/06/logo-google-.jpg[/author_image] [author_info]Cincuentopía«Dejadme aprovechar -escribió- el afecto que todavía hay en mí, para contar los aspectos de una vida atribulada y sin reposo, en la que la infelicidad acaso no se debió a los acontecimientos por todos conocidos sino a los secretos pesares que sólo Dios conoce». [/author_info] [/author]