Aunque a alguno le pueda resultar increíble, desde ayer día 31 de mayo Brooke Shields forma ya parte del Club de Cincuentopía. Y es que los años pasan para todos.
Perteneciente a una familia que descendía de los primeros colonos de Estados Unidos, Brooke Shields comenzó a aparecer en anuncios publicitarios cuando sólo tenía once meses. Al margen de la publicidad, antes de cumplir los nueve años ya había acumulado una considerable experiencia en el mundo del cine y la televisión, en gran medida instigada por su madre.
Su gran salto a la fama tiene lugar en 1980 con la película El lago azul, un enorme éxito de taquilla (que no de crítica) que narra las aventuras de una pareja de adolescentes perdidos en una isla y que la convierte en un icono sexual aun siendo menor de edad (un hecho que suscitó bastante polémica).
Durante esa década de los ochenta Brooke Shields compatibiliza apariciones en películas de escasa calidad, series de televisión y abundantes anuncios. Su cara se convierte en una de las más célebres de los escenarios internacionales.
De manera paulatina su carrera interpretativa va entrando en decadencia a partir de los años noventa. Sigue rodando películas, series de televisión y spots publicitarios y aparece en alguna obra de teatro pero no vuelve a lograr los niveles de popularidad de años atrás. La situación se estabiliza en los comienzos del siglo XXI. Quedan cada vez más lejanos los momentos de esplendor.
Hoy en día Brooke Shields apenas aparece en películas o anuncios aunque persiste en sus intentos de ser tomada en serio como actriz de teatro además de desarrollar labores de doblaje.
En cualquier caso, dado que la vida es una carrera de largo aliento, ¡bienvenida al Club de Cincuentopía, Brooke, y mucha suerte con tus nuevos proyectos!
Los cincuentópicos particularmente interesados en seguir las andanzas de Brooke Shields pueden hacerlo a través de su cuenta en Twitter y de su cuenta en Instagram, ambas habitualmente actualizadas y con un notable número de seguidores.