ARTISTEARDESTACADOS
473
0

Sir Winston Churchill, artista a los 40 años

Winston Churchill

Además de un estadista clave para entender el siglo XX, Sir Winston Churchill fue oficial del Ejército Británico, historiador, escritor y artista a los 40 años. Huellas de tan densa vida pueden rastrearse en el Reino Unido, desde la casa ducal de sus antepasados, los Malborough en Blenheim Palace; su residencia en Chartwell (Essex); sus Gabinetes de Guerra en el Museo Imperial de Guerra de Londres. Fue nombrado ciudadano honorario de los Estados Unidos y en Missouri (EE.UU.) se encuentra el National Churchill Museum, erigido como tributo permanente a su figura y a su tiempo.

La pintura como pasatiempo
La pintura como pasatiempo

Como escritor e historiador, en 1953 le fue otorgado el Premio Nobel de Literatura, por su dominio de la descripción histórica y biográfica, así como de su brillante oratoria en defensa de los valores humanos más elevados.  El historiador Maurice Ashley – en su etapa de estudiante, fue colaborador de Winston Churchill – describió en su libro Churchill as Historian, un análisis sobre el perfil del político como historiador. De su brillante oratoria, hay múltiples ejemplos. La emotiva arenga que pronunció tras ser nombrado primer ministro el 10 de mayo de 1940, en la que afirmó no poder ofrecer más que sangre, sudor y lágrimas, o el discurso pronunciado por las mismas fechas en la Cámara de los Comunes: Vamos a seguir hasta el final. Nosotros lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y océanos, lucharemos en el aire, defenderemos nuestra isla, sea cual sea el coste. Lucharemos en las playas, lucharemos en los campos de aterrizaje, lucharemos en los campos y en las calles…

Como artista, fue un tardío pintor de paisajes.  A los cuarenta años cogió por primera vez un pincel, y le produjo tal satisfacción que en su libro La pintura como pasatiempo, elogiaba encarecidamente la práctica de la pintura:  Felices los pintores, que nunca estarán solos. La luz y el color, la paz y la esperanza les acompañarán hasta el final, o casi, de sus días.

Marrakech
Marrakech

Sus inicios en la pintura fueron tan simples, como experimentar con las cajas de acuarelas de sus propios hijos. Aunque en realidad, el detonante que le llevó a descubrir la pintura fue la tragedia de la batalla de Galípoli. El fracaso de su estrategia le supuso retirarse de la primera línea en política. Aunque en 1.917 recobró su prestigio como Ministro de Armamento con su magistral defensa del tanque como modo de contrarrestar la amenaza de la ametralladora alemana,  ya nunca dejó de pintar. Únicamente la II Guerra Mundial frenó su actividad artística, con excepción del cuadro que pintó durante la gran Conferencia de Aliados en Casablanca, La torre bereber que posteriormente regaló a Roosevelt, al que mostró las maravillas de la ciudad de Marrakech. En enero de 2014, el mítico hotel La Mamounia, su alojamiento habitual en la ciudad, dedicó una exposición a la obra de Sir Winston Churchill y de Hassan El Glaoui -el hijo del bajá de Marrakech al que ayudó a ser pintor-, unidos por la pasión que despertaba en ellos la ciudad de Marrakech. La residencia familiar en Chartwell, la Costa Azul, e incluso lugares a los que viajaba por razones de su cargo en tiempos de guerra o de paz se convirtieron en la temática de sus obras.

Saint Jean, Cap Ferrat, Costa Azul
Saint Jean, Cap Ferrat, Costa Azul

LLegó a pintar más de 500 obras y logró su primer premio como pintor aficionado con la obra Sol del invierno, Chartwell, una pintura de su casa de Kent. Con el fin de obtener opiniones objetivas sobre su obra y crecer como pintor sin la presión de ser figura pública, utilizó seudónimos como el de Charles Morin para una exposición celebrada en París en 1.920. Como curiosidad, de los cinco cuadros que envió, se vendieron cuatro por 30 libras. Treinta años más tarde, la Royal Academy aceptó dos de sus obras, bajo el seudónimo de Mr. Winter. Tras el fallecimiento de Mary Soames el 31 de mayo de 2014, la última de sus cinco hijos que permanecía con vida, el Gobierno aceptó 37 cuadros realizados por el antiguo primer ministro británico Winston Churchill como pago de las tasas de sucesión. 35 de esas obras siguen exhibiéndose en la residencia familiar de Chartwell y las dos restantes, Coast Scene near Cannes, de 1935, y View From a Bathing Hut at the Miami Surf Club, de 1946, permanecen en sus sedes actuales: la Cámara de los Comunes y las llamadas Salas de la Guerra, en el subsuelo del centro de Londres.

Se da la circunstancia de que el Sargento Edmund Murray, su escolta entre 1.950 y 1.965, también era pintor aficionado. Artistas como Walter Sickert, de dudosa reputación por su costumbre de utilizar prostituas como modelos y relacionado con Jack el Destripador, William Nicholson, Paul Maze, al que conoció en la I Guerra Mundial y se convirtió en su mentor artístico, y John Lavery, artista oficial de guerra y un enamorado de Marruecos, le sirvieron de modelo en su aprendizaje contínuo.

Paul Maze fue entrevistado sobre su relación con Sir Winston Churchill.

En su libro recomienda a los políticos a dedicarse a otras disciplinas para compensar el exceso de tensión mental y el alud de preocupaciones. En sus propias palabras, para el hombre público, cultivar una afición y nuevos campos de interés debe ser una cuestión de vital importancia. A los vaivenes del ejercicio de la política, en su caso, la pintura también le ayudó a librar una ardua batalla contra la depresión, the blackdog como él la llamaba y contra la que luchó toda su vida.

Nunca dejó de aprender. En un artículo donde daba ánimos a quien empezase a pintar a edad madura, aconsejaba prescindir de los estudios, ya que no había tiempo para tomarse las cosas con calma. Su consejo era el siguiente: No debemos ser demasiado ambiciosos. No podemos aspirar a obras maestras. Contentémonos con un paseo divertido en caja de pinturas. Para eso, el único billete es la Audacia.

Foto cabecera: Cortesía Hotel La Mamounia

[author] [author_image timthumb=’on’] https://cincuentopia.com/wp-content/uploads/2014/01/Charo_2013-150×150.jpg [/author_image] [author_info]

Charo Onieva

Su curiosidad la ha llevado a desarrollar distintos proyectos de emprendimiento en los entornos offline y online. Impulsora de Cincuentopía. [/author_info] [/author]

Tags: ARTISTEAR, DESTACADOS

Artículos similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.
Tienes que aprobar los términos para continuar