Personalmente me he acercado a la meditación a través de las escrituras de la tradición védica. Meditar es fluir, no es reflexionar, es centrar la mente en un punto supremo y acompañándose de la respiración, dejando que la mente libere la conciencia.
La meditación es un gran remedio contra el estrés y las tensiones de la vida. Fortalece la mente en su esencia y ayuda a equilibrar los sentidos, es ideal para obtener serenidad y aumentar la capacidad de concentración. Es el camino para acercarse a la divinidad que está en nuestro interior. Y por ende, beneficiosa para los trastornos intestinales.
Aunque algunas escrituras recomiendan que al amanecer y al atardecer son los mejores momentos para practicar la meditación, cada persona debe encontrar su momento y lugar, que no debe ser perturbado por las tareas cotidianas. La meditación es un acto sagrado, por lo que mientras estemos meditando, nada de lo que suceda a nuestro alrededor debe interrumpirla.
El tiempo que dure la meditación no es lo más importante, lo realmente importante es que ha de hacerse a pesar de que nos apetezca o no, estemos más inquietos o más relajados. La postura en la meditación es muy importante, el cuerpo ha de permanecer inmóvil con la columna erguida, aunque la mente se encuentre inquieta como un mono loco. Es la forma de acostumbrar a la mente para entrar en un estado meditativo.
En un interesante artículo publicado en La Vanguardia, se hacía hincapié sobre los numerosos estudios científicos que demuestran que la meditación ayuda a potenciar el cerebro. Meditar fomenta la autoconciencia, la empatía, la memoria, la capacidad de aprendizaje y la creatividad. Una de estas investigaciones, quizá la más importante, es la que ha llevado a cabo un grupo de psiquiatras del hospital General de Massachusetts, liderados por la doctora Sara Lazar, quien afirma que si bien la práctica de la meditación se suele asociar a una sensación de tranquilidad y relajación física, se ha visto desde la medicina que también proporciona beneficios cognitivos y psicológicos que persisten durante todo el día. Y que son esos beneficios demostrados los que están detrás de la sensación de bienestar.
La práctica de la meditación parece difícil en el mundo actual de la estimulación constante. Pero con los beneficios constatados, ¿no merece la pena intentarlo?
1 comentario. Dejar nuevo
Recomiendo firmemente la práctica de la meditación. Hoy existen muchas posibilidades para iniciarse. Por su profunda honradez y una dedicación de 25 o más años, respaldaré siempre la labor realizada desde elobservatorio.org.